Sostenibilidad
9 de julio de 2025

Marcela Bravo cierra su ciclo al frente de Acción Empresas: “Mi compromiso con la sostenibilidad no se acaba, se transforma”

En un nuevo episodio de Voces en Acción, transmitido por el programa Transformación Digital y Sostenible en Radio La Clave, Marcela Bravo, gerenta general saliente de Acción Empresas, habló sobre el cierre de su etapa tras siete años de liderazgo y los desafíos que enfrenta la organización en su camino hacia el futuro. 

  1. ¿Qué la llevó a tomar la decisión de cerrar este ciclo en Acción Empresas después de siete años?

Esta fue una decisión que maduré durante mucho tiempo. Después de más de siete años al frente de Acción Empresas, sentí que era el momento adecuado para dar un paso al costado. En lo personal, necesitaba abrir espacio para nuevos desafíos, tanto profesionales como personales. Asumí nuevos roles en directorios como Arauco y la Comunidad de Organizaciones Solidarias, y quiero dedicarles más tiempo y energía. Pero también creo profundamente en la necesidad de que los liderazgos se renueven. Las organizaciones crecen cuando se oxigenan, cuando nuevas voces y perspectivas toman el relevo.

Me voy con la tranquilidad de que el equipo está consolidado, con una cultura colaborativa y con una hoja de ruta clara. Me siento agradecida por estos años, por las personas que conocí, por lo que aprendimos juntos, y sobre todo por haber contribuido a posicionar la sostenibilidad como un eje estratégico en el mundo empresarial chileno. Me emociona mirar hacia atrás y ver cómo Acción Empresas ha evolucionado y cómo hoy ocupa un lugar relevante en la conversación sobre el futuro del país.

  1. ¿Quién es la persona que asumirá su rol como nueva gerenta general de Acción Empresas?

La nueva gerenta general será Constanza Pantaleón, una profesional de excelencia, con una mirada muy clara sobre los desafíos del desarrollo sostenible. Es ingeniera civil industrial de la Universidad Católica, con un diplomado en Medio Ambiente y un Magíster en Economía de la Universidad de Chile. Tiene una trayectoria muy sólida en el ámbito de la sostenibilidad empresarial, con experiencia tanto en el diseño de políticas públicas como en el liderazgo corporativo en sectores como minería y energía.

Lo que más destaco de Constanza es su capacidad de diálogo multisectorial, su comprensión integral del rol de las empresas en la sociedad y su firme convicción por avanzar en sostenibilidad desde el corazón del negocio. Cuenta, además, con el respaldo de un directorio altamente participativo y comprometido, y con un equipo técnico de primer nivel. Estoy segura de que liderará esta nueva etapa con visión, rigor y cercanía.

  1. ¿Cómo imagina el futuro de Acción Empresas en esta nueva etapa que comienza?

Imagino un futuro muy prometedor para Acción Empresas. Su historia, su legitimidad y su base técnica le permitirán seguir creciendo, ampliando su influencia y adaptándose a los desafíos que vienen. Veo a Acción Empresas como una plataforma aún más innovadora, abierta a nuevas voces, con liderazgos diversos que representen la riqueza del ecosistema empresarial chileno. Seguirá siendo un espacio de encuentro donde confluyen empresas, academia, sector público, sociedad civil y organismos internacionales.

Me imagino a Acción Empresas anticipando tendencias, ayudando a las empresas a prepararse para lo que viene, tanto en materia regulatoria como en expectativas sociales. También creo que puede tener un rol más activo en la construcción de políticas públicas sostenibles, aportando con evidencia, con mirada técnica y con experiencia práctica desde el mundo privado. Estoy convencida de que esta nueva etapa vendrá cargada de aprendizajes, de alianzas estratégicas y de una renovación que fortalecerá su misión de movilizar al sector empresarial hacia una transformación real, centrada en las personas y el bienestar común.

  1. ¿Cuál cree que será el mayor desafío que enfrentará Acción Empresas en los próximos años?

Uno de los mayores desafíos será acelerar la transformación de las empresas para que la sostenibilidad deje de ser una “área” o un “proyecto” y pase a ser el núcleo del negocio. Esto implica cambiar mentalidades, formas de liderar y modelos de negocio. También será fundamental mantener la independencia y la capacidad de articular diálogo en un contexto nacional e internacional donde la polarización y la desconfianza han aumentado. Acción Empresas debe seguir siendo ese puente confiable entre sectores, capaz de convocar en torno a desafíos comunes.

Además, el nuevo orden global exige nuevas respuestas: estamos enfrentando una crisis climática, una pérdida de biodiversidad alarmante y una creciente desigualdad. Las empresas ya no pueden actuar como si estuvieran al margen. El desafío será acompañarlas en este proceso de adaptación, con herramientas, formación y colaboración, ayudándolas a ver que la sostenibilidad no es solo una exigencia ética, sino también una oportunidad estratégica que genera valor económico, social y ambiental a largo plazo.

  1. ¿Qué sello debería distinguir a Acción Empresas?

El sello que debe seguir distinguiendo a Acción Empresas es la colaboración estratégica y multisectorial. Acción Empresas ha demostrado que cuando las empresas trabajan juntas, y además se articulan con el sector público, la academia y la sociedad civil, es posible generar transformaciones profundas. Este enfoque colaborativo debe mantenerse, así como la mirada centrada en las personas y el bienestar común como base del desarrollo.

Acción Empresas también debe apostar por una sostenibilidad ambiciosa, que no se limite a cumplir estándares mínimos, sino que busque ir más allá, inspirar, transformar y anticipar desafíos. Debe ser una organización que invite a pensar el largo plazo sin dejar de responder a las urgencias del presente. Que escuche, conecte, active capacidades y que sea capaz de adaptarse con agilidad sin perder su propósito. En un contexto incierto, Acción Empresas debe ser ese espacio donde se construye confianza, se aprende en comunidad y se avanza con convicción hacia un desarrollo más justo y regenerativo.

  1. ¿Qué rol le gustaría que juegue Acción Empresas en el desarrollo de Chile hacia 2030 o 2050?

Me encantaría que Acción Empresas se consolide como un referente técnico, ético y estratégico en sostenibilidad empresarial. Una organización capaz de incidir activamente en el diseño de políticas públicas y de liderar conversaciones difíciles, pero necesarias. Chile necesita instituciones que articulen el conocimiento, la innovación y la experiencia práctica para acelerar las transformaciones. Acción Empresas debe seguir cumpliendo ese rol, pero también profundizarlo.

Me gustaría que sea una plataforma donde las empresas encuentren herramientas concretas para avanzar, donde se compartan buenas prácticas y donde se impulse la colaboración como valor central. De aquí a 2050, Acción Empresas puede ser un actor clave en la construcción de una economía baja en carbono, resiliente, inclusiva, con empleo digno y cohesión social. Un espacio que conecte las decisiones empresariales con el impacto real que tienen en el país y en el planeta, integrando desarrollo económico, justicia social y regeneración ambiental de manera indisoluble.

  1. ¿Cuáles cree que han sido las claves de su gestión?

Una de las claves ha sido escuchar activa y constantemente, tanto dentro como fuera de la organización. Escuchar permite construir confianzas, entender los matices de cada actor y diseñar estrategias que sean relevantes y transformadoras. También ha sido clave mantener siempre una mirada de largo plazo, sin dejar de responder a los desafíos urgentes que han ido surgiendo. Tuvimos que dar continuidad a nuestro trabajo aún con crisis sociales, sanitarias y ambientales, y lo hicimos sin perder el foco en el propósito. Y justamente eso, el sentido de propósito, ha sido el eje que ha guiado cada decisión: entendimos que nuestro trabajo va más allá de las empresas; se trata del país, de las personas, del planeta.

Me enfoqué en fortalecer al equipo, en consolidar una cultura de colaboración y en posicionar a Acción Empresas como un actor confiable, riguroso y comprometido con una sostenibilidad ambiciosa, conectada con la realidad y con el futuro.

  1. ¿Cómo ve su relación futura con la sostenibilidad fuera de Acción Empresas?

La sostenibilidad es y seguirá siendo una causa que me moviliza profundamente. Aunque dejo mi rol ejecutivo en Acción Empresas, no dejo de sentirme parte de este movimiento que busca transformar la manera en que vivimos, producimos y nos relacionamos. Me interesa seguir aportando desde otros espacios: como directora, asesora estratégica, formadora, o incluso desde el activismo cívico. También quiero dedicar más tiempo al aprendizaje: explorar temas como inteligencia artificial, filosofía, historia, y cómo estos se cruzan con los desafíos del desarrollo sostenible.

Estoy abierta a colaborar en proyectos que promuevan el bienestar común y la regeneración ambiental. Creo firmemente que, desde cualquier tribuna, es posible empujar cambios. Y si puedo contribuir con mi experiencia a que más personas, organizaciones y territorios avancen hacia un desarrollo más justo, ahí estaré. Mi compromiso con la sostenibilidad no se acaba, se transforma.

  1. ¿Qué oportunidad ve hoy para que las empresas contribuyan de forma más decisiva al bienestar del país?

Las empresas tienen una oportunidad histórica de ser agentes de cambio real. Hoy pueden contribuir de forma más decisiva si invierten en empleos dignos, formación continua y diversidad, promoviendo ambientes laborales más justos e inclusivos. También pueden tener un rol mucho más activo en los territorios donde operan, desde el diálogo respetuoso y la generación de valor compartido. Y deben apostar por modelos de negocio regenerativos, que no solo mitiguen impactos negativos, sino que ayuden a restaurar ecosistemas, fortalecer comunidades y construir confianza.

Esta contribución, lejos de ser una carga, es una oportunidad estratégica: mejora la reputación, atrae talento, fideliza consumidores y genera estabilidad. Las empresas no pueden prosperar en sociedades fragmentadas o en ecosistemas colapsados. Por eso, avanzar en sostenibilidad es una forma inteligente y ética de asegurar su viabilidad a largo plazo y aportar al país desde un rol propositivo y transformador.

  1. ¿Qué sueña para Chile en términos de sostenibilidad?

Sueño con un Chile que entienda el desarrollo no solo como crecimiento económico, sino como bienestar integral para todas las personas. Un país donde las empresas, el Estado, la academia y la sociedad civil trabajen de forma coordinada por reducir las desigualdades, enfrentar la crisis climática y proteger nuestra biodiversidad.

Me gustaría ver un Chile donde la sostenibilidad no sea una opción o una tendencia, sino el nuevo estándar: un marco ético, técnico y cultural que oriente las decisiones públicas y privadas. Un país donde se valore la diversidad, se promueva la innovación con propósito y se apueste por una economía más circular, baja en carbono y justa. Y, por sobre todo, un país que recupere la cohesión social, que vuelva a confiar en sus instituciones, y donde el desarrollo sea compartido y sostenible para las generaciones presentes y futuras. Ese es el país que creo posible y por el que seguiré trabajando.