Durante mucho tiempo, “ir al doctor” fue sinónimo de un ritual casi inmutable: pedir hora, desplazarse, esperar y, recién ahí, comenzar la atención. Hoy, ese camino empieza en otra parte: con un clic, en una conversación digital o en una aplicación que te entrega orientación respecto a tus síntomas. La salud comienza en nuestra rutina diaria y cada vez con más fuerza, en nuestras propias pantallas.
El desafío es que esta transformación no ocurre en un espacio neutro. Chile sigue enfrentando una de sus tensiones más complejas en salud: la oportunidad de acceso a la atención. El informe del primer trimestre de 2025 del Ministerio de Salud reveló más de 2,7 millones de consultas con especialistas en listas de espera. Una cifra que habla de tiempos perdidos, diagnósticos postergados y tratamientos que llegan demasiado tarde.
Al mismo tiempo, más del 94% de la población chilena está conectada a internet, lo que sienta una base sólida para que la salud digital funcione como complemento real. Por eso, cuando hablamos de esta, no hablamos de una tendencia, hablamos de una necesidad urgente para anticipar, prevenir y acercar salud de calidad a todas las personas.
En Bupa Chile hemos elegido recorrer ese camino a través de Blua, nuestro ecosistema de salud digital. Es algo que se inició con la videoconsulta -servicio que promedia actualmente más de 18 mil atenciones mensuales en IntegraMédica-, y hoy avanza hacia un abanico de herramientas que rediseñan la experiencia completa del paciente. Programas de bienestar emocional como Cuida tu Mente, con más de 800 usuarios activos, y rutinas de fisioterapia digital que acompañan la recuperación de más de 400 pacientes.
Incluso con un simple escaneo facial que ya ha permitido a más de 6 mil personas conocer parámetros vitales como presión arterial, frecuencia cardíaca o niveles de estrés, sin moverse de la sala de espera virtual de Telemedicina.
Pero lo verdaderamente transformador no está en la cifra ni en la aplicación. Está en la idea de fondo, ya que la salud digital no reemplaza la atención tradicional, la complementa y la humaniza. Nos permite estar presentes antes de que aparezca el síntoma grave, fortalecer la prevención, acompañar de manera continua y facilitar el acceso. Innovar en salud no es desplegar tecnología por sí misma, es ponerla al servicio de un propósito mayor: prevenir más que reaccionar, cuidar antes que curar.
Así, el futuro que se abre frente a nosotros es híbrido: parte presencial, parte digital y, siempre, profundamente humano. Y con Blua, el ecosistema digital de Bupa en el mundo, queremos justamente eso. Abrir la puerta a un cuidado más proactivo, más oportuno y sostenible. Un camino donde cada persona, donde sea que viva, pueda sentirse acompañada a tiempo.