La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) asegura que en el futuro se necesitarán nuevos aumentos de productividad para garantizar un suministro suficiente de alimentos y, al mismo tiempo, se deberá limitar la expansión de la tierra agrícola y contener su avance hacia los ecosistemas naturales.
Esto sin duda debe ser el contexto más desafiante del que tengamos conciencia, no sólo para la industria alimentaria en general sino para todo el planeta, ya que significa generar un equilibrio sustentable entre producción y consumo, en un contexto de emergencia climática y aumento sostenido de la población. Lo positivo es que vemos cómo crece el consenso en torno a que, para abordar este reto, un camino posible es transitar hacia un sistema agroalimentario regenerativo.
Hace casi dos años que a nivel global en Nestlé decidimos acelerar esta transición, de manera de poder lograr que el 20% de los ingredientes claves que utilizamos en la fabricación de nuestros productos provengan de prácticas regenerativas a 2025, y un 50% a 2030.
Es tan relevante transformar la alimentación y la agricultura, que los avances en estas materias inciden de manera sustantiva en alcanzar los ODS y según las recomendaciones de la FAO, fomentar el conocimiento de los productores y desarrollar sus capacidades es clave para lograrlo.
En este período, el equipo agropecuario de Nestlé en Chile ha avanzado de manera sostenida junto a más de 300 productores lecheros, contando con la asesoría técnica del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y otros actores técnicos de gran relevancia. Todo esto nos habla del valor de la innovación y la asociatividad, lo que ha permitido implementar prácticas regenerativas en más de 26 mil hectáreas, donde se producen cerca de 120 millones de litros de leche, y cuyos efectos se tradujeron en importantes reducciones de CO2.
Parte importante de los aprendizajes demuestra que integrar prácticas regenerativas requiere de convencimiento, confianza y estímulo. A comienzos de 2023, entregamos nuevamente fondos concursables para el manejo y la gestión de residuos orgánicos y reconocimos a aquellos productores de leche del sur del país por sus prácticas de sustentabilidad, destacando a Enrique Tapia, de Fundo Cuel de Los Ángeles, que inició la transición para convertirse en la tercera “Granja Cero Emisión Neta”.
Los productores que han optado por este camino tienen algo muy distintivo en común y es su convicción, la misma que nos ha permitido enfrentar en conjunto los desafíos de la sostenibilidad del sector lechero del país y el cuidado del planeta. Recuerdo lo que nos dijo Carlos Neumann, productor lácteo del Fundo Llanquihue: “creo que cuando uno tiene un pedazo de tierra puede ser un aporte real y concreto para este mundo. Queremos dejar un legado y creo que este es el camino”.
Eso nos une.