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10 de noviembre de 2022

El futuro del café y la agricultura regenerativa | Andrés Eyzaguirre

Probablemente el olor de una taza de café es uno de los primeros aromas que elegimos disfrutar cada mañana. En un día, cerca de 2.500 millones de deliciosas tazas de esta bebida se disfrutan en el mundo y según la Organización Internacional del Café (OIC), después de Brasil y Colombia, Chile es uno de los países de la región con más alto consumo: 0,4 tazas al día.

Dimensionando estas cifras, nadie podría dudar de la valoración del café, pero a pesar de ello, poco se conoce sobre los riesgos que hoy impactan seriamente su sostenibilidad para hoy y las futuras generaciones, los que están asociados directamente con la crisis climática, que está ejerciendo una fuerte presión sobre las zonas cafeteras. Las proyecciones indican que se podría llegar a reducir hasta en un 50% el área adecuada para cultivo de café al 2050, afectando a cerca de 125 millones de personas que dependen de esta actividad para su sustento, 80% corresponde a familias cafeteras que viven en la línea de pobreza o por debajo de ella.

Esta situación es un ejemplo del contexto actual por el que atraviesa toda la cadena de producción agrícola del planeta, tema que los países están debatiendo en la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27). En esa instancia, los ejes de discusión se centrarán en la búsqueda de mecanismos para reducir más rápido las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer la resiliencia de las comunidades productoras.

Para Nestlé, a través de su marca Nescafé, este ha sido un foco de trabajo desde hace 10 años, abordando los desafíos sociales, ambientales y económicos en la cadena de valor, por lo cual, recientemente hemos acelerado esta tarea, lanzando “Nescafé 2030”, un ambicioso plan en el que estamos invirtiendo más de mil millones de dólares, para concentrar los esfuerzos en que los caficultores logren transitar hacia una agricultura regenerativa.

Este es un modelo productivo que busca mejorar la salud y fertilidad del suelo, así como proteger los recursos hídricos y la biodiversidad, ya que los suelos más saludables son más resistentes a los impactos del cambio climático y pueden aumentar el rendimiento. Para lograrlo, nos hemos centrado en los países donde obtenemos el 90% de nuestro café: Brasil, Vietnam, México, Colombia, Costa de Marfil, Indonesia y Honduras, para entregar en esas zonas capacitación, asistencia técnica y plántulas de café de alto rendimiento a los agricultores, que les permitirán transitar hacia prácticas regenerativas de cultivo.

Todo esto tiene como objetivo lograr que el 100% de nuestro café sea de origen responsable para 2025 y que el 20% sea obtenido a través de prácticas agrícolas regenerativas para 2025 y 50% para 2030.

Para acelerar esta transición, desarrollaremos un esquema de apoyo financiero a caficultores con el fin de aprender el mejor enfoque en cada país, mediante programas monitoreados y evaluados por Rainforest Alliance, contando con la experiencia de Sustainable Food Lab, para temas relacionados con la evaluación de ingresos, estrategia y seguimiento de su progreso.

Es probable que, en un futuro muy cercano, el café de cada mañana tenga el mismo sabor, olor y sea igual de reconfortante, pero haya sido cultivado con innovadoras prácticas regenerativas que permitan seguir disfrutándolo en el tiempo, a la vez que fomentan el progreso de los caficultores que lo trabajan y regeneran el ecosistema que lo sostiene.