Así como un buen católico debería donar el 1% de su sueldo a la iglesia para tener una mejor sociedad, una buena empresa debería invertir al menos el 1% de sus ganancias en venture capitals con impacto social. La diferencia es que para la empresa esto no es caridad ni fe, sino que una inversión de este tipo puede cambiar y potenciar la economía del país, a la empresa que invierte y al startup que recibe el financiamiento.
Un Venture Capital o capital de riesgo, es un tipo de financiamiento que aporta capital a emprendimientos que están empezando, a cambio de un pequeño porcentaje de propiedad. Es jugársela por una pequeña empresa que no cotiza en la bolsa, no tiene cómo acceder a un banco pero tiene una idea que busca cambiar el mundo. En el caso de los Venture Capitals de impacto social, estos benefician directamente temas como accesos, asequibilidad, oportunidades, empoderamiento y sustentabilidad.
Son emprendedores que salen de la caja para promover la creatividad , eventualmente la productividad y la innovación o creación de ideas de una manera más rápida, que facilita la entrega de soluciones. Y pruebas hay muchas, quizás la mejor es la de Arthur Rock, inversor en Silicon Valley, quien es conocido como uno de los padres del Venture Capital. Fue él quien en la década de los 60, decidió aportar 1,5 millones de dólares en un proyecto que desarrollaban dos de sus alumnos en Caltech. Hoy, esa startup cuesta 220 billones de dólares y se llama Intel, ¿Les suena?
Si bien los venture capitals suelen estar relacionados al riesgo de ganar o perderlo todo en partes iguales (50%-50%), el crecimiento que pueden generar y el impacto que pueden tener en alguna empresa, es mucho mayor que el riesgo de perder. Sobre todo si consideramos que el riesgo no sería más que el 1% inicial invertido.
Si así fuera, esto no sería sólo una ganancia para quien invierte, sino también para el Estado. Según un estudio de Oxford Economics, por cada dólar invertido en Venture Capital, 7 quedan en la economía de ese país. La revista Forbes Chile, publicó que en nuestro país, el capital emprendedor invertido en 2021 fue de USD 2.900 millones, según la aceleradora Magical. Imagínese cuánto más podría ser si todas las empresas invirtieran un 1% de sus ganancias en estas startups que viven el mayor momento de innovación en Chile.
Nuestro país tiene empresas que comenzaron como startup, y que hoy son unicornios. Not Co, Cornershop, fueron captados por Bezos y Uber, respectivamente. Imagine dónde estaría su empresa si ese inversionista hubiese sido usted.
Ahora, imagine que si además de invertir en una empresa con una alta tecnología que soluciona problemas cotidianos, invirtiera en una que impacta en temas como educación, superación de la pobreza, salud, artesanía, acceso al agua potable, sustentabilidad o inclusión. Un proyecto que genere un ambiente sano de colaboración entre empresa, universidad o gobierno en un ecosistema emprendedor.
Invertir en venture capital con impacto social es invertir en un proyecto noble que, a la vez, puede ser para todos el mejor de los negocios.