Estamos empezando la estación más fría del año en Chile y en vez de saludarla, dos diputadas intentaron despedirla. “Chao invierno” fue nombre del proyecto que presentaron al Congreso, que buscaba congelar el alza que tienen las tarifas eléctricas durante este periodo en que aumenta el consumo de los clientes. La medida finalmente fue descartada, pero ilustra dos maneras de abordar este tema: desde lo urgente y desde lo sustentable.
Pongámonos de acuerdo sobre cuál es el problema. Si el tema es que las familias paguen menos por la energía, “Chao Invierno” tenía sentido, aunque con muchos ripios técnicos. Pero ¿qué pasa si decimos que acá hay una gran oportunidad de ayudar a las familias en su transición ecológica e incentivarlas a que consuman menos energía en sus casas, fomentando además una matriz más limpia?
Según un reciente estudio de la Universidad de Cambridge, el uso mundial de electrodomésticos debe bajar en un 60% para cumplir con las metas mundiales de descarbonización, que plantea con urgencia Naciones Unidas. Los electrodomésticos consumen un cuarto de la energía eléctrica producida para clientes no industriales en el mundo.
Según el último informe de uso de energía de los hogares, Chile 2018, el 53% se usa para calefacción/climatización, el 20% en agua caliente, 5% en cocina y el 22% restante es energía eléctrica para nuestros aparatos.
La ruta sustentable es invertir esa proporción, es decir, que la electricidad le gane a los combustibles fósiles en nuestras casas, usando, además, aparatos con un consumo mucho más eficiente. Ahí necesitamos un Estado fuerte, claro, técnicamente muy preparado y dispuesto a crear colaboración inteligente entre todos los actores relevantes. Mientras tanto saludemos a este invierno que partió auspicioso: con lluvias y nieve en la zona central de Chile.
