Ética empresarial y Gobernanza corporativa

Gestionar negocios desde un enfoque ético es el primer mandato para una empresa sostenible. Esta línea tiene como objetivo aportar al desarrollo y establecimiento de una cultura corporativa basada en la integridad, con sistemas de compliance robustos, y procesos de total respeto a los Derechos Humanos. Asimismo, apunta a aumentar el involucramiento de los gobiernos corporativos y directorios en la gestión de los aspectos ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

La gobernanza corporativa es el sistema que dirige, gestiona y controla una empresa, asegurando transparencia y eficiencia. La ética empresarial, por otro lado, son los valores que guían el comportamiento de la organización. Ambas son fundamentales para generar confianza y valor a largo plazo.

El directorio supervisa su implementación, garantizando que la gestión financiera y la toma de decisiones sean éticas y generen valor para la compañía y sus stakeholders (grupos de interés). Estos principios no solo mejoran los resultados financieros, sino que también fortalecen la estrategia ESG (ambiental, social y gobernanza), y la responsabilidad social, demostrando el compromiso de la empresa con prácticas sostenibles y beneficiosas para todos.

La gobernanza corporativa se refiere a las reglas, prácticas y procesos mediante los cuales una empresa es manejada. Esencialmente, es el marco que asegura que la compañía sea gestionada de manera responsable, transparente y eficiente. Este sistema define la estructura de poder dentro de la organización, estableciendo las relaciones entre la alta gerencia, el directorio, los accionistas y los otros stakeholders (grupos de interés). Su principal objetivo es alinear los intereses de todos estos actores para la consecución de los objetivos de la empresa, garantizando la protección de los derechos de los accionistas y la rendición de cuentas. Un gobierno corporativo sólido es el cimiento para una gestión financiera eficaz y una toma de decisiones estratégicas acertada.

La ética empresarial es un conjunto de principios y valores morales que guían la conducta de una empresa y sus trabajadores en el desarrollo de su actividad empresarial. Mientras que la gobernanza establece las reglas formales, la ética se ocupa de las normas internas, a menudo no escritas, que influyen en el comportamiento y la cultura de la organización. Abarca desde la honestidad en la publicidad y la transparencia en las operaciones, hasta el respeto por los derechos de los empleados, clientes, proveedores, comunidades y el compromiso con el medio ambiente. Una sólida ética corporativa no es solo una cuestión de cumplir con la ley, sino de ir más allá para hacer lo correcto, incluso cuando no hay una regulación explícita que lo exija.

La gobernanza corporativa y la ética empresarial son dos caras de la misma moneda. La gobernanza proporciona el esqueleto estructural que permite que la ética se manifieste y se aplique en toda la organización. Por ejemplo, un buen gobierno corporativo puede establecer comités de ética, políticas de conflictos de interés y mecanismos de auditoría interna. Estos sistemas aseguran que la ética no sea solo un ideal, sino una práctica tangible. La ética, a su vez, infunde un propósito moral en el marco de gobernanza, asegurando que las reglas no solo se sigan, sino que se sigan por las razones correctas. La confianza de los inversores y del público se construye en la intersección de estos dos conceptos.

La importancia de la ética empresarial y la gobernanza corporativa radica en su capacidad para generar confianza y valor a largo plazo. Una empresa con prácticas transparentes y éticas atrae a inversionistas, clientes y talento de alta calidad. Los inversionistas prefieren destinar su capital a compañías que demuestran un manejo responsable y una visión a largo plazo, ya que esto reduce el riesgo. Para los clientes, una marca con una reputación ética es más atractiva y genera confianza. Además, internamente, una cultura de ética corporativa aumenta la moral, el compromiso y la lealtad de los trabajadores. En conjunto, estos factores contribuyen a una mejor gestión financiera y, en última instancia, a resultados financieros más sostenibles.

El directorio es el pilar central de la gobernanza corporativa. Su rol va mucho más allá de supervisar la gestión diaria; son los guardianes de la estrategia a largo plazo, la rendición de cuentas y los estándares éticos. Son responsables de tomar decisiones estratégicas cruciales, supervisar la gestión financiera y asegurar que la compañía opere en el mejor interés de sus accionistas y de los stakeholders (grupos de interés). Además, el directorio tiene el deber de fomentar una cultura de ética empresarial en toda la organización. Deben actuar como un filtro moral, asegurando que las decisiones de la alta gerencia no solo busquen la rentabilidad, sino que también sean justas, transparentes, éticas y garanticen el compromiso con el desarrollo sostenible.

La implementación de la ética empresarial y la gobernanza corporativa es un proceso continuo que comienza desde la cúpula directiva. Las empresas incluyen una serie de mecanismos y políticas, como:

  • Códigos de Conducta y Ética: Documentos que establecen las expectativas de comportamiento para todos los empleados.
  • Políticas de Cumplimiento: Normas detalladas para asegurar el cumplimiento de las leyes y regulaciones.
  • Canales de Denuncia (Whistleblowing): Mecanismos anónimos para que los empleados reporten conductas inapropiadas sin temor a represalias.
  • Formación y Capacitación: Programas para educar a los empleados en temas de ética, cumplimiento y valores de la empresa.
  • Auditorías Internas: Evaluaciones periódicas para asegurar que las políticas y procesos se están siguiendo.
  • Comités de Ética: Grupos dedicados a resolver dilemas éticos y a promover una cultura de integridad. Estos sistemas, junto con el apoyo de recursos humanos, garantizan que los principios éticos y de gobernanza se integren en cada nivel de la organización y guíen la actividad empresarial diaria.

La ética empresarial y la gobernanza corporativa son los cimientos sobre los que se construye el desarrollo sostenible de una empresa. Una compañía que opera bajo un marco ético sólido y un gobierno corporativo transparente es inherentemente más propensa a considerar su impacto en la sociedad y el medio ambiente. La gobernanza, al promover la rendición de cuentas, presiona a las empresas para que actúen de manera responsable. La ética, por su parte, infunde el valor de hacer lo correcto, lo que se traduce en acciones concretas. Las empresas incluyen cada vez más metas sociales y medioambientales en su estrategia, no solo por cumplir con regulaciones, sino porque reconocen que la sostenibilidad a largo plazo depende de su contribución positiva a la sociedad y al planeta.