Acción Empresas a través del programa Acción por el Clima, junto a Bupa Chile y otras seis empresas socias —AES Chile, Asociación Chilena de Seguridad, Cámara Chilena de la Construcción, Correos de Chile, Mutual de Seguridad y SQM—, desarrollaron el Protocolo Empresarial de Protección Frente al Calor. Para su elaboración, se formó una mesa de trabajo, en la que también participó el Gobierno de Santiago, la Organización Internacional del Trabajo Oficina del Cono Sur y el Centro de Cambio Global de la Universidad Católica.
Chile es un país altamente vulnerable al cambio climático, enfrentando efectos irreversibles que han intensificado condiciones extremas de temperatura. Este desafío subraya la necesidad que las empresas adopten medidas proactivas para garantizar la seguridad y el bienestar de sus trabajadores, quienes están expuestos a riesgos crecientes debido a las olas de calor.
Marcela Bravo, gerenta general de Acción Empresas, señaló que “en un contexto de cambio climático y temperaturas extremas cada vez más frecuentes, proteger la salud y seguridad de los trabajadores es fundamental. El Protocolo Empresarial de Protección Frente al Calor, es una iniciativa pionera de colaboración, liderada por el sector privado y articulada por Acción Empresas, que demuestra cómo las empresas pueden tomar la delantera en la búsqueda de soluciones concretas para garantizar el bienestar laboral”.
El documento busca organizar acciones inmediatas para atender y controlar los riesgos de altas temperaturas. Los efectos del cambio climático, como el calor excesivo, pueden provocar trastornos del sueño, cambios de comportamiento y disminución de la concentración, lo que repercute en la seguridad y salud de las personas trabajadoras y en la productividad laboral.
Debido a las altas temperaturas, en 2030 se perderá el equivalente a más del 2% del total de horas de trabajo en todo el mundo, lo que supone una pérdida de productividad equivalente a 80 millones de empleos a tiempo completo y una reducción del PIB mundial en 2.400 millones de dólares (OIT, 2019). Incluso, cada año, se producen casi 23 millones de lesiones laborales atribuibles a calor excesivo.
Pamela Contador, gerenta de Asuntos Corporativos, Sostenibilidad y Clientes en Bupa Chile, destacó que “con esto damos un paso más en la creación de soluciones concretas para proteger la salud y la seguridad laboral de los trabajadores”. En tanto, Mauricio Fabry, jefe del Departamento de Medio Ambiente de la Gobernación Metropolitana, afirmó: “Creemos que la colaboración pública privada es fundamental para abordar la problemática del cambio climático”.
El documento establece algunas directrices, tales como:
- Identificar el efecto del calor en las personas.
- Definir medidas ante las alertas por calor cumpliendo la normativa.
- Asignar roles y coordinar acciones internas y externas.
- Establecer procedimientos para minimizar daños y proteger la salud.
- Informar a los trabajadores sobre protocolos a seguir.
- Conocer los pasos para elaborar un plan de respuesta ante el Calor
Este esfuerzo refleja un cambio en la mentalidad del sector privado chileno. Reconocer que los efectos del cambio climático no son un problema aislado, sino una crisis compartida, es fundamental. Cada empresa tiene la responsabilidad de garantizar un entorno seguro para sus trabajadores, pero también de contribuir a una solución colectiva que asegure el bienestar de todos.
El Protocolo de Calor Empresarial es un primer paso hacia una estrategia más amplia de adaptación al cambio climático. Si bien los marcos regulatorios y las normativas son necesarias para encauzar este camino, también es esencial la convicción y el poder de las alianzas. La acción es urgente, y el sector privado tiene un papel crucial en este proceso.
