El continente blanco ha perdido casi tres billones de toneladas de hielo desde 1992, lo que ha aportado prácticamente el 10% del alza promedio del nivel del mar en los últimos 25 años.
Si todo el hielo de la Antártica se derritiera de una sola vez, el nivel de los océanos subiría la impresionante cifra de 58 metros. Eso sería un cataclismo global. Actualmente, el mundo está luchando contra unos pocos centímetros de aumento, pero que aun así amenazan con ser devastadores. Por ello es fundamental lo que logró un equipo internacional de más de 80 científicos: medir cuánto de ese aumento es culpa de los hielos antárticos. Un dato crucial para estimar el avance del cambio climático.
En detalle
Entre 1992 y 2017 se derritieron casi tres billones de toneladas de hielo de la Antártica; lo suficiente para cubrir 700 mil km {+2} bajo cuatro metros de agua. Pero, además, esto se tradujo en un aumento del nivel del mar de 7,6 mm. “Según nuestros datos, ha habido un acrecentamiento gradual de la pérdida del hielo de la Antártica en la última década. Ello está provocando que el alza del nivel de los océanos haya crecido más rápido que nunca en los últimos 25 años”, dice Andrew Shepherd, investigador de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, y miembro del Imbie, una agrupación científica internacional que mide la pérdida de hielos con distintos satélites y que es responsable de los datos publicados en la última edición de la revista Nature.
Si bien hay estimaciones del derretimiento de los hielos antárticos antes de 1992, fue ese año cuando se realizaron mediciones más precisas con satélites. Con esto, el Imbie publicó sus primeros datos en 2012. Estas cifras que ya eran poco alentadoras, pero no tanto como las de ahora: se duplicó la tasa de derretimiento.
Como la Antártica es un continente, a diferencia del Ártico, sus diversas cuencas hacen que el derretimiento de los hielos no sea parejo en todas partes. Así, mientras en la península Antártica, la zona más cercana a Sudamérica, la pérdida de hielo ha aumentado en 25 mil millones de toneladas al año desde 2000, en el área de la Antártica Occidental la disminución ha sido aún mayor. La pérdida de hielos pasó de 53 mil millones de toneladas al año, en los años 90, a 159 mil millones de toneladas al año desde 2012 en adelante.
En tanto que, y en oposición a las dos zonas mencionadas anteriormente, la Antártica Oriental ha ganado unos cinco mil millones de toneladas de hielo al año. Esta cifra es insignificante frente al resto de la pérdida, aseguran los científicos.
“Lo que hace este trabajo es reducir las incertezas de los datos anteriores”, dice Ricardo Jaña, especialista en cambio climático del Instituto Antártico Chileno (Inach). Esto se logra porque no se trata de mediciones puntuales, sino de unas que abarcan una gran extensión física y de tiempo, agrega.
Pero el trabajo no termina aquí. “Para mejorar la interpretación de los datos satelitales sobre el cambio de las masas de hielo, además es necesario modelar con precisión la nieve en la zona. Algo que aún no se puede medir con fidelidad desde el espacio”, dice Michiel van den Broeke, académico de la Universidad de Utrecht, en Países Bajos, e integrante del equipo que realizó el estudio.
Si no se frenan casi del todo las emisiones contaminantes, para 2070 la Antártica podría perder casi la mitad de sus hielos y contribuir con 27 cm al alza del nivel del mar.
“Los datos de los satélites no solo muestran que el problema del derretimiento de los hielos existe, sino también que se agrava con el paso de los años”. Isabella Velicogna, investigadora senior laboratorio de propulsión a chorro de la NASA
Esta información fue publicada por: El Mercurio