“¿Cómo voy a atenderme ahí, si soy Fonasa?”. La pregunta, muchas veces cargada de resignación, se escucha más seguido de lo que quisiéramos en clínicas privadas de todo Chile. Y aunque entendemos el origen de esa percepción, no deja de preocuparnos porque detrás de esa creencia hay personas esperando -a veces durante meses o años- una cirugía que, en muchos casos, podría resolverse de forma segura y rápida.
La buena noticia es que hoy el sistema de salud chileno ha avanzado hacia modelos más integrados, donde lo público y lo privado no son realidades separadas, sino colaborativas. Fonasa ha desarrollado herramientas concretas para facilitar ese vínculo, con estándares de calidad, precios claros y sin sorpresas. Uno de los más potentes -aunque aún poco conocido- es el Bono PAD (Pago Asociado a Diagnóstico).
Este beneficio permite que personas afiliadas accedan a cirugías específicas en clínicas privadas acreditadas, pagando un monto fijo y transparente que cubre todo el proceso: hospitalización, pabellón, honorarios médicos, insumos, medicamentos y exámenes.
Más allá del acceso, el Bono PAD cumple un rol estratégico: ayuda a descongestionar hospitales públicos, disminuye listas de espera y genera mayor equidad territorial. Es una política pública que no solo responde a una necesidad individual, sino que fortalece al sistema de salud en su conjunto.
En a lo largo de la red de prestadores Bupa hemos visto de primera mano el impacto positivo de este instrumento. En una región como Antofagasta —con red sanitaria exigida y una alta población flotante— este instrumento ha sido clave para avanzar hacia una salud más equitativa y resolutiva. En Clínica Bupa Antofagasta en 2024 hemos realizado 2.634 cirugías bajo esta modalidad, y a mayo de 2025 ya llevamos 1.600, incluyendo colecistectomías, reparaciones de hernias, histerectomías, operaciones de cataratas e intervenciones traumatológicas.
Los desafíos de salud requieren de la participación de todos los actores. Eso nos ha llevado en Bupa a convertirnos en un socio estratégico para el sistema. Clara muestra de ello es que hoy cerca del 60% de nuestros pacientes en los distintos prestadores de nuestra red, provienen del fondo público, accediendo a atenciones de calidad, un equipo médico especializado, infraestructura y equipamiento, además del respaldo y experiencia que nos otorga ser parte de uno de los grupos de salud más grandes del mundo.
El Bono PAD es una puerta de entrada real hacia una salud más oportuna, equitativa y centrada en las personas. Conocer este beneficio puede marcar la diferencia entre esperar y avanzar. Y como actores del sistema, necesitamos seguir ampliando estos mecanismos que acercan el derecho a la salud a quienes más lo necesitan.
