Sostenibilidad
22 de diciembre de 2025

Crecimiento sostenible como oportunidad para un mejor Chile

El crecimiento sostenible se ha instalado como una de las principales prioridades, en momentos en que el país se prepara para un nuevo gobierno y comienzan a converger las ideas sobre los desafíos del próximo ciclo. Entre ellos, existe un consenso transversal de que Chile necesita volver a crecer. Pero junto con esa urgencia se abre una conversación ineludible sobre cómo debe ser ese crecimiento para recuperar dinamismo económico, competitividad y confianza.

El nuevo ciclo político probablemente pondrá el crecimiento económico en el centro de la agenda, pero hoy debemos ser más claros que nunca: Chile no puede crecer de cualquier manera ni a cualquier costo. Y la evidencia es contundente. Un estudio reciente publicado en Discover Sustainability (Teixeira et al., 2025) muestra que, en los países menos sostenibles, cada incremento del PIB per cápita está asociado a aumentos significativos de emisiones de CO₂ y mayor agotamiento de recursos naturales, reproduciendo círculos de fragilidad económica. En otras palabras, crecer ignorando la sostenibilidad no solo genera impacto ambiental, también compromete la competitividad futura. El único camino viable es el crecimiento sostenible.

Durante años, confundimos crecimiento con expansión a corto plazo, productividad con reducción de costos y competitividad con desregulación. Esa mirada —que hoy ya no resiste evidencia— pasó por alto que el desarrollo económico del siglo XXI depende de la capacidad de los países y las empresas para gestionar sus impactos ambientales, sociales y de gobernanza, y para transformarlos en ventajas estratégicas.

No es un gesto reputacional. Los datos del estudio confirman que, en los países más sostenibles, la correlación entre consumo de energías renovables y PIB per cápita es extraordinariamente alta, lo que sugiere que la inversión en tecnologías limpias y energías renovables contribuye directamente al crecimiento económico. Es decir, la sostenibilidad es un motor de desarrollo.

El 2026 será, por tanto, una oportunidad histórica para fortalecer la competitividad con sostenibilidad, adaptación con innovación y transformación con liderazgo y colaboración. La agenda internacional ya demuestra que las grandes economías están destinando miles de millones a industrias limpias, cadenas de valor trazables, infraestructura resiliente, mayores estándares de transparencia y soluciones basadas en la naturaleza. Y los datos van en la misma línea, ya que los países más sostenibles presentan un PIB per cápita casi tres veces mayor que los menos sostenibles, lo que evidencia que la sostenibilidad no es un costo, sino un multiplicador de prosperidad.

El crecimiento sostenible no es una opción ética, es la estrategia económica más inteligente para un país que quiere ser competitivo, estable y creíble en el mundo que viene. Y la evidencia muestra que la sostenibilidad es justamente la condición que permite que el crecimiento económico ocurra, perdure y beneficie a todos. El crecimiento sostenible se ha instalado como una de las prioridades, en momentos en que el país se prepara para un nuevo gobierno.