En un entorno marcado por la urgencia, los cambios permanentes y la presión por resultados inmediatos, tomarse el tiempo para conversar puede parecer un lujo. Pero quienes tienen los liderazgos en las empresas saben que, justamente por esa presión, se vuelve indispensable detenerse a pensar. Pensar con otros. Pensar distinto.
Eso es lo que buscamos con nuestro ciclo exclusivo para gerentes generales, el cual venimos realizando desde hace cinco años: generar un espacio donde el liderazgo no tenga que explicarse ni justificarse, sino compartirse. No se trata de conferencias ni de capacitaciones. Es un espacio de conversación estratégica, horizontal y deliberada. Un momento para salir del aislamiento en que muchas veces se ejerce el poder de decisión y mirar el negocio con otros ojos.
¿Por qué creemos que este espacio es importante? Porque la transformación empresarial —la que queremos que sea justa, sostenible y con impacto— no depende solo de áreas técnicas, equipos de sostenibilidad o de los responsables del cambio cultural, depende, sobre todo, de quienes toman las decisiones más relevantes, y esas personas necesitan verse reflejadas en otras, dialogar sin filtros, compartir experiencias reales, reconocer límites y también inspirarse mutuamente.
Hemos visto cómo, en cada sesión, se rompen ciertos automatismos, se abren preguntas, se valida la duda y eso es profundamente valioso, porque si bien cada empresa tiene sus propios desafíos, hay una búsqueda común: cómo hacer del negocio una herramienta que no solo sea competitiva, sino también coherente con el propósito que transmite y con los desafíos de la sociedad.
El ciclo no entrega recetas, pero sí permite explorar posibles respuestas. Tampoco se plantea como una vitrina, sino como un espacio de confianza donde se puede hablar de logros y también de los fracasos que se necesitan para aprender y avanzar, y eso requiere valentía y un liderazgo que no busca la perfección, sino la transformación.
Desde Acción Empresas apostamos por fortalecer esa forma de liderar: más humana, más conectada, más consciente del impacto que puede generar, porque sabemos que los líderes que realmente transforman las empresas entienden que la sostenibilidad debe estar integrada en la estrategia del negocio. Y cuando las altas gerencias se involucran con esta visión, el cambio no solo es posible, sino inevitable.