Este criterio busca que las empresas tengan la meta de ser carbono neutrales en GEI a más tardar al 2050 y que establezca un plan con objetivos a corto y largo plazo basados en la ciencia para lograrlo, que puede incluir soluciones basadas en la naturaleza y otras soluciones de remoción de carbono. Las emisiones GEI consideran el alcance 1, 2 y los elementos más relevantes e influenciables del alcance 3.
La carbono neutralidad significa alcanzar un equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), como el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), liberadas a la atmósfera y la absorción o eliminación de estas. En otras palabras, se busca que las emisiones de gases de efecto invernadero sean equivalentes a cero.
Esto es muy importante en la lucha contra el calentamiento global y los efectos del cambio climático. Las actividades humanas han aumentado mucho las emisiones de estos gases. Esto sucede principalmente por la quema de combustibles fósiles.
¿Cómo lograr ser carbono neutro?
Para lograr ser carbono neutro, se deben seguir tres pasos principales:
Que Chile sea carbono neutral significa que el país se ha comprometido antes las Naciones Unidas a tener cero emisiones de gases de efecto invernadero. Esto debe lograrse a más tardar en el año 2050. Este compromiso se enmarca en la Ley Marco de Cambio Climático y busca reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia del país frente a los efectos adversos del cambio climático. Para ello, se revisarán y actualizarán las estrategias cada cinco años, buscando una descarbonización progresiva de su matriz energética.
La ley de carbono neutralidad en Chile se refiere a la Ley Marco de Cambio Climático, promulgada en 2022. Esta ley establece como meta que Chile sea carbono neutral y resiliente al clima a más tardar el 2050. La ley es un hito medioambiental que fija acciones concretas para diversos ministerios y establece los instrumentos de gestión del cambio climático para alcanzar esta ambiciosa meta, incluyendo la Estrategia Climática de Largo Plazo y las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC).
La huella de carbono mide el impacto de las actividades humanas en el medio ambiente. Se expresa en la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) que se liberan a la atmósfera. Consiste en cuantificar todas las millones de toneladas de emisiones, directa o indirectamente, de gases como el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), y óxido nitroso (N2O), generadas por un individuo, una organización, un evento, o el ciclo de vida de un producto o servicio.
Estas emisiones se suelen expresar en toneladas de CO2 equivalente (CO2eq). La medición distingue entre:
Emisiones indirectas (Alcance 2 y 3): Son generadas por la electricidad consumida y por las actividades de la cadena de valor de la entidad (ej., transporte de materias primas, disposición de residuos).
En Chile, el sector que genera la mayor cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) es el sector Energía, representando el 75.6% de las emisiones totales de CO2. El aumento de las emisiones en este sector proviene de todos los tipos de combustibles fósiles (gas, petróleo y carbón). Le siguen los sectores de Procesos Industriales y Uso de Productos (IPPU) y Agricultura.
Otras actividades que contribuyen significativamente a la huella de carbono incluyen el transporte (especialmente impulsado por petróleo y derivados), y ciertas industrias como la minería y la manufacturera debido a su orientación a la exportación.
La huella de carbono es la cantidad de gases de efecto invernadero que se emiten directa o indirectamente por nuestras actividades. Podemos reducirla de diversas maneras:
Todas estas acciones son importantes para mitigar el calentamiento global y sus efectos, como el aumento del nivel del mar.
La huella de carbono individual promedio en Chile se estima en 4.66 toneladas de CO2 por año. A nivel nacional, la huella de carbono está fuertemente influenciada por sectores como la energía, la industria y la minería, y la agricultura. Las exportaciones, particularmente de la minería y parte de la industria manufacturera, presentan la mayor participación en la huella de carbono de la economía chilena.