Dada la profunda transformación económica, social y política por la que atraviesa nuestro país, generar una pausa en el clima de polarización e incertidumbre, para abordar –concretamente- la importancia de definir un horizonte común que nos asegure un bienestar hoy y mañana, es imperioso.
Quizás nunca haya sido tan pertinente trazar una ruta compartida que encauce las importantes transformaciones que tanto el sector privado, público y social impulsa ante los desafíos globales que nos impactan.
Transformar requiere un objetivo y también un escenario propicio.
Revisar el cómo queremos vivir el presente para proyectar el futuro es una oportunidad que Chile debe darse.
Fijar esfuerzos para acordar un piso común, considerando las expectativas individuales que nos ayuden construir las colectivas es la oportunidad de regenerar lo que hemos dañado.
¿ESCOGEREMOS “VIVIR BIEN”?