Sostenibilidad
14 de julio de 2022

El rojo de todos | Gabriela Salvador

Dos Copas América recorriendo un estadio y una medalla de plata en la Copa Confederaciones lucida en el pecho, nos hicieron estar orgullosos y querer incondicionalmente a La Roja. La Generación Dorada, que después de ver el éxito profundo quedó desclasificada de dos mundiales seguidos, nos hizo perder la fe en la generación de “El Niño Maravilla”, en La Roja de todos y todas.

Más que una generación dorada, los chilenos somos una generación de cobre. Este mineral, rojo como la selección, es la principal fuente de ingresos de nuestro país. A veces lo queremos y otras nos desentendemos de él, como ocurre con La Roja.

Clase de economía básica: el cobre es la principal fuente de divisas de nuestro país. Baja el precio del cobre, entran menos dólares a Chile, el precio de éste se dispara y el peso chileno vale menos, no así los productos importados, que convierten la canasta básica en algo inaccesible para una familia que vive con un sueldo mínimo. Sentimos por el cobre, lo mismo que sentimos por La Roja cuando no anota goles.

El episodio de Codelco Ventanas nos enfrenta a la realidad de que no hemos protegido como se debe ese bien tan clave en el desarrollo del país. Se cierra la fundición tras décadas de episodios de contaminación que afectan la salud de los habitantes de Quintero-Puchuncaví e impactan en la totalidad de los ecosistemas de la zona. Décadas de advertencias que predecían esta situación y, hasta hoy, no hemos creado un proyecto alternativo, amigable con el medioambiente y con todas las tecnologías necesarias para cumplir un estándar OCDE.

Fundir y refinar sigue siendo fundamental y hoy sólo se refina el 30% de nuestro cobre y la tendencia va a la baja. No hemos contado con un visionario líder, un Marcelo Bielsa que haya previsto que se debe invertir a tiempo.

Nos pagan muy bien por el concentrado de cobre, pero cuando su bajo precio nos mete autogoles, nos vuelve a enfrentar a nuestro subdesarrollo en cuanto a mirada estratégica. Otros países subvencionan a las fundiciones para que instalen esa capacidad en sus países, lo que hace más difícil competir, ¿Sabían ustedes que el cobre que compran los artesanos chilenos para hacer sus piezas, proviene refinado desde China? Sin comentarios.

Un poco de visión de largo plazo tendría hoy a un fisco tranquilo, con la serenidad de gastar en todo los que nos apremia en este momento, y sin necesidad de reformas tributarias que no nos tranquilizan. Medidas parecidas a cuando tomamos la calculadora para ver si La Roja clasifica.

Debemos mirar el futuro y hacer el esfuerzo por el sueldo de Chile, el cobre, el rojo de todos.