Guiar la estrategia de negocio, adoptando las decisiones relevantes para el desarrollo y viabilidad futura de la empresa, es el cometido principal de los gobiernos corporativos. La evidencia internacional muestra que la diversidad en la composición de los directorios es un requisito fundamental para cumplir con dicha misión ya que contribuye a tener diferentes perspectivas a la hora de tomar decisiones, de resolver conflictos y de anticipar escenarios.
En Chile, la participación de las mujeres en los directorios es de 12,7% y cerca de la mitad de las sociedades no tiene ninguna mujer en su gobierno corporativo (datos del MinMujeryEG sobre empresas reguladas por la CMF). Esta cifra está lejos del promedio OCDE (26,7%). Y, de hecho, el último informe de género de la CMF, muestra que nuestro país está en el puesto 33 de 37 países OCDE, en cuanto a participación de mujeres en directorios de empresas que cotizan en bolsa.
Desde nuestro punto de vista, la diversidad en los directorios es una cuestión de sostenibilidad del negocio y de bienestar de las personas; el trabajo conjunto de hombres y mujeres mejora las organizaciones, los países y, por tanto, la vida de todas las personas. Solo la integración de miradas y talentos construye espacios éticos e inteligentes. Así se construirán las transformaciones necesarias en materia de Objetivos de Desarrollo Sostenible, de crecimiento económico, de sostenibilidad de sus organizaciones y del país.
La evidencia muestra que la incorporación de la mujer a los directorios permite una mayor eficiencia económica, potencia la creatividad y la innovación, el trabajo en equipo, vínculos más variados con el entorno, contribuye a la reputación de la compañía y, además, es clave en el efecto spillover, entre otros beneficios.
Hay multitud de organizaciones que dan pasos para acortar las brechas. De hecho, en REDMAD llevamos 4 años reconociendo a personas y organizaciones que han hecho notables aportes en esta dirección. No obstante, los avances no tienen la velocidad que las organizaciones, las personas y el país necesitan.
Las políticas afirmativas, como una ley de cuotas comenzaron a discutirse a finales del siglo pasado y se han implementado para corregir distorsiones que -después de muchos años- no se reparan por sí solas. De hecho, en Chile contamos con un Sistema de Empresas Públicas con directorios paritarios, que cuenta con una excelente evaluación.
Hoy, el Congreso discute una ley de cuotas con gradualidad, que incorpora el sistema recomendado y el obligatorio. Será necesario dialogar para conocer todas las posiciones y adoptar las medidas que permitan empujar con decisión la participación de las mujeres.