Conversando con Martha Acevedo, líder de Equidad en Salud y Abogacía de Medtronic, le pedí que me definiera el concepto de equidad sanitaria, a lo cual respondió: “La equidad en salud significa que todos tengamos las mismas oportunidades de ser saludables sin importar nuestra identidad, el lugar donde vivimos o nuestras circunstancias físicas, económicas o sociales. Es tanto un objetivo como un proceso en el que todos incluyendo las empresas podemos aportar para reducir cada vez más las inequidades en salud”.
Lo anterior implica incidir en los determinantes sociales de salud, esas circunstancias en las que nacemos, crecemos, trabajamos, vivimos o envejecemos. También es necesario directamente batallar contra las barreras de acceso a la atención en salud que generan diferencias en los resultados clínicos, la esperanza de vida, la carga de enfermedades, discapacidad y calidad de vida entre las personas. Finalmente, hay que considerar que existen grupos con mayor vulnerabilidad a presentar disparidades en el acceso a la salud, dado que han sido tradicionalmente desfavorecidos por factores como la raza o etnicidad, el género, la edad, su condición de discapacidad y orientación sexual u identidad de género.
Encontrándonos en pleno Mes del Orgullo, alzar la bandera no basta y el compromiso por la equidad tiene que abordar diferentes escenarios, incluyendo a la salud. En principio, las personas de la comunidad LGTBIQ+ ya tienen una experiencia disímil a las personas heterosexuales cis género. Accenture durante el Out & Equal Workplace Summit 2022 señaló que las personas LGBTIQ+ son tres veces más propensas a evitar la atención sanitaria por completo, al reportar discriminación por parte de los profesionales de salud y falta de profesionales entrenados y sensibilizados tanto a nivel clínico como de competencias culturales para tratar sus necesidades. Según el mismo estudio, las personas de la comunidad son 43% más propensos a sufrir de depresión que las personas heterosexuales y tienen más dificultades de encontrar profesionales de salud mental que sepan comprender y abordar su orientación sexual o identidad de género. Además, entre el 50% y 75% son más propensos a usar medicamentos de emergencia en vez de reducir costos con medicamentos preventivos.
¿Cómo podemos aportar las empresas?
Citando al Foro Económico Mundial, una sociedad saludable requiere que cada uno de nosotros, y que cada organización, priorice acciones, productos, programas y políticas que promuevan el bienestar. Y así asumieron el compromiso los directores ejecutivos de todas las industrias y regiones para que sus organizaciones desempeñen su papel incorporando la equidad en salud en las estrategias, operaciones e inversiones centrales. En la práctica, para ser más inclusivos con la comunidad LGTBIQ+ debemos empezar por la casa; revisando que los beneficios que reciben nuestros colaboradores contribuyan a brindarles oportunidades equitativas para alcanzar su plena salud atendiendo a sus necesidades particulares: acceso por medio del seguro complementario a cirugías afirmativas de género, terapias de hormonas, medicina preventiva con cobertura de PrEP, soporte y bienestar en salud mental tanto para ellos como para sus familias.