La empleabilidad para las personas mayores de 50 años se encuentra hoy en una encrucijada crítica. Mientras que la población global envejece a un ritmo acelerado, los desafíos y oportunidades para este grupo etario en el mercado laboral se han vuelto más evidentes que nunca. El reciente estudio cuantitativo realizado por Criteria para Ashoka, Travesía 100 y Metlife Foundation ofrece una radiografía de la situación en Chile, revelando tanto las barreras como los beneficios y oportunidades de la inclusión laboral de este segmento. Aquí algunos puntos y reflexiones sobre el valor y experiencia que las personas mayores pueden aportar al mundo laboral.
Una longevidad productiva
La tendencia es clara: la población mayor de 60 años está en aumento. Según cifras oficiales, se proyecta que este grupo aumentará en más de un 70% entre 2015 y 2050. Este crecimiento no solo cambia la estructura demográfica, sino que también redefine las dinámicas y la necesidad de repensar la forma de trabajar en las organizaciones. La mejora en la salud y la expectativa de vida ha permitido que muchos mayores de 50 años se mantengan activos trabajando por mucho más tiempo. Este deseo de prolongar la vida laboral no es solo una necesidad económica, sino también una búsqueda por mantenerse relevantes, productivos e independientes el mayor tiempo posible.
En Chile, más del 20% de la fuerza laboral está compuesta por personas mayores de 50. ¿Cómo no poner atención a este dato? Es hora de que la sociedad y las empresas se adapten a esta nueva realidad demográfica.
Finalmente, datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) respaldan la importancia de este grupo en la economía y su significativa contribución al PIB. La permanencia de las personas mayores en el mercado laboral disminuye la presión sobre las finanzas públicas y contribuye con la economía plateada.
Barreras que derribar
En Chile, más de 5 millones de personas superan los 50 años, y aproximadamente la mitad de ellas continúa trabajando. Muchos de ellos han decidido seguir activos porque aún tienen mucho que aportar. Sin embargo, lo sorprendente es que solo una pequeña fracción, cerca del 3%, está buscando activamente empleo. Los mayores de 50 años enfrentan barreras significativas para su reinserción laboral. La discriminación por edad o edadismo es una de las principales. Este prejuicio, que asume que las personas mayores son menos adaptables o menos productivas, es un obstáculo que debe ser superado tanto a nivel cultural como organizacional. Por otro lado, prevalece una brecha tecnológica que se presenta como un desafío importante para las personas mayores, entendiendo que las empresas a medida que se digitalizan requieren de conocimientos técnicos se convierte en un impedimento para los colaboradores mayores.
Sin embargo, el estudio también revela una realidad que contradice estos prejuicios: las personas mayores, en su mayoría, son conscientes de estas barreras limitantes y están dispuestas a adaptarse y aprender. El 80% de los encuestados ha accedido a algún tipo de capacitación o curso a lo largo de su vida laboral. Esto demuestra una actitud proactiva y un deseo permanente de mantenerse vigentes.
La dificultad de volver al juego.
Buscar empleo a los 50 no es fácil. El 76% de los encuestados en el estudio declaró que encontrar un trabajo dependiente es muy difícil, independientemente de si han postulado a un empleo en los últimos años. Este sentimiento de dificultad es aún más pronunciado entre quienes ya han intentado volver al mercado laboral, solo para encontrarse con las barreras casi insalvables ya mencionadas y que los llevan finalmente a establecer un status de desempleado permanente.
Sin embargo, aquellos que han optado por emprender o trabajar de manera independiente han encontrado un camino un poco más accesible. Esto muestra, una vez más, que la experiencia y la capacidad de adaptación siguen siendo cualidades valiosas, aunque a menudo subestimadas.
Ventajas y Oportunidades: El valor de los 50+
El valor más relevante de las personas mayores es su experiencia. A lo largo de los años, han acumulado un conocimiento profundo y habilidades específicas que son invaluables para cualquier organización. Su capacidad para manejar conflictos, tolerar la frustración y trabajar en equipos multigeneracionales supera con creces a la de sus colegas más jóvenes. Estas habilidades blandas son difíciles de cuantificar pero cruciales para el éxito a largo plazo.
Las empresas que deciden apostar por la contratación de mayores de 50 años no solo ganan en experiencia y lealtad, sino también en la calidad del ambiente laboral. El estudio destaca que la convivencia entre generaciones en el trabajo es generalmente armoniosa, con altos niveles de respeto y colaboración. Este tipo de ambiente no solo mejora la productividad, sino que también enriquece la cultura organizacional, ofreciendo a colaboradores de todas las edades la oportunidad de aprendizajes de ida vuelta o mentorías cruzadas.
Este estudio es un llamado a las empresas y a la sociedad a mirar y reenfocar la empleabilidad de las personas mayores. Visualizar las oportunidades que los 50+ ofrecen, reconociendo su capacidad para adaptarse, aprender y a seguir contribuyendo de manera significativa.
