La principal sanitaria del país implementa una serie de proyectos que buscan robustecer el abastecimiento para los habitantes de Santiago. Ello, pese a que el cambio climático ha afectado drásticamente la disponibilidad de agua en la Región Metropolitana.
Hoy se conmemora el Día Mundial de la Desertificación y la Sequía y, en ese escenario, la principal sanitaria del país, Aguas Andinas, ratifica su compromiso con reforzar el suministro de agua potable a pesar de la profunda escasez hídrica que atraviesa la Región Metropolitana como una de las manifestaciones del Cambio Climático. Ello, a través de un intenso plan que considera inversiones, nueva infraestructura y trabajo colaborativo con distintos sectores, el que se centra en readaptar a la nueva realidad hídrica y generar conciencia sobre la importancia de un uso responsable y eficiente.
Lo anterior, porque las cifras de pluviometría en Santiago no son auspiciosas. Históricamente, a la fecha se acumulaban 120 mm de lluvia en Santiago, muy por encima de los 55 mm que registra actualmente la estación de Quinta Normal y a un abismo de distancia de los 340 mm de precipitación anual considerados “normales”.
Esto se complementa además con un incremento sostenido en las temperaturas. Gianfranco Marcone, meteorólogo y magíster en cambio climático, señala que se observa una notoria diferencia en los registros históricos. “La temperatura promedio de los primeros días de junio ha alcanzado los 21°C, cuando lo normal es una cifra cercana a los 17°C, mientras que lo normal en los últimos 30 años era cercano a los 15°C. Esta diferencia de 4°C se ha ido acentuando desde hace varios años, con menores precipitaciones y mayores temperaturas“, explica.
Adaptarse es la clave
Según el director del Centro de Investigación en Sustentabilidad de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo, Alex Godoy, el panorama de déficit de lluvias a futuro tampoco debiese cambiar. “Las cuencas del valle central se encuentran en un proceso de sequía permanente, lo que ha conllevado a una alteración de los ciclos hídricos que hacen muy poco probable que vuelvan a ser lo que fueron hace cuarenta años. Por lo tanto, y acorde con las proyecciones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), éstas seguirán con las mismas tendencias de desertificación a largo plazo”, señaló.
Ante ello, Aguas Andinas implementa diversas alternativas que permitirán aumentar la disponibilidad del recurso hídrico, robustecer la continuidad del suministro para los santiaguinos y enfrentar la emergencia climática en mejores condiciones.
Cristián Schwerter, director de Planificación, Ingeniería y Construcción de la compañía, enfatiza en la importancia de contar con diversas soluciones.
“Continuar abasteciendo a las más de 7 millones de personas de Santiago de forma segura y constante es un gran desafío, por lo cual trabajamos en medidas que permitan buscar nuevas fuentes, mejorar los niveles de eficiencia y ejecutar nuevas obras que incrementen la disponibilidad hídrica para contar con suministro más robusto”.
Cristián Schwerter, director de Planificación, Ingeniería y Construcción de Aguas Andinas.
En los últimos 5 años, Aguas Andinas ha aumentado la capacidad de extracción de agua mediante nuevos pozos, lo que hoy representa 21% del total de agua distribuida a la población. Esto ha sido una medida inmediata para combatir los descensos en los caudales de los ríos Maipo y Mapocho (entre 55% y 70% en el promedio anual 2020 respecto a los registros históricos).
Lo anterior ha sido posible gracias a un ambicioso plan de inversiones para combatir los efectos del cambio climático. Sólo en 2020 se destinaron más de $130 mil millones y para este 2021 se espera contar con una cifra similar, además de oportunidades de inversión adicionales por otros US$ 500 millones.
Entre las obras para aumentar la disponibilidad hídrica de la ciudad destacan la modernización y ampliación de la Planta de Agua Potable de Padre Hurtado, la que abastece a más de un millón de personas, que aumentará y robustecerá considerablemente su capacidad. Junto a ésta se trabaja en la ampliación de la Planta de Agua Potable subterránea de Quilicura y la modernización de la Planta Vizcachitas, así como nuevos estanques para las plantas de San Antonio, San Enrique y Talagante, además de nueva infraestructura en el Parque Bicentenario y la renovación de la alimentadora de Providencia.
Según explica Cristian Schwerter, dada la urgencia del cambio climático “estamos implementando los proyectos en modalidad fast track, es decir, reduciendo considerablemente los tiempos normales de ejecución a no más de 2 o 3 años”.
El éxito del trabajo mancomunado
Aguas Andinas ha complementado su plan de inversiones e infraestructura con campañas de comunicación masiva para concientizar sobre el uso responsable y con alianzas colaborativa con distintas entidades.
Un aspecto clave ha sido el trabajo con diversas municipalidades de la Región Metropolitana. Un ejemplo de ello ha sido La Pintana, donde se implementaron talleres y capacitaciones con juntas de vecinos para generar conciencia y hacer un uso más responsable. “El trabajo colaborativo ha sido fundamental porque fuimos capaces de sentarnos en la mesa para conversar sobre los temas que nos aquejan y trabajar en conjunto. Se necesita el apoyo de todos para enfrentar el cambio climático y la sequía. Es un problema que debe resolverse desde lo público y lo privado e incluso, desde cada hogar, podemos aportar”, señaló la alcaldesa Claudia Pizarro.