La empresa de servicios medioambientales continúa realizando las obras necesarias para aumentar la resiliencia de la Región Metropolitana, pese a experimentar el impacto del complejo contexto que deja la pandemia por Covid-19 y el alza de costos para asegurar el suministro.
Esta semana, Aguas Andinas entregó los resultados de su gestión financiera correspondientes a septiembre de 2021, ejercicio en el cual sus inversiones crecieron 29% en comparación con el mismo período de 2020, llegando hasta los $101 mil millones, ratificando así su compromiso con el desarrollo y progreso sustentable del país. Lo anterior cobra aún más relevancia ya que se da en un contexto de extrema escasez hídrica, siendo este uno de los 5 años más secos de la historia desde que se tiene registro.
El foco de la compañía en dicho periodo ha estado centrado en realización de las inversiones y acciones necesarias para la mitigación y adaptación de Santiago, para enfrentar los efectos del cambio climático como son: mega sequía y los eventos meteorológicos extremos. Entre ellas destacan mayores compras de agua (que se incrementaron en $ 1.548 millones) y nuevas captaciones subterráneas más profundas, permitiendo mantener el nivel de seguridad del embalse El Yeso que almacenó 169, 5 hm3 al cierre de septiembre, es decir, un incremento de 59% respecto del cierre del mismo ejercicio del año pasado.
Se sumaron también sondajes y refuerzos del sistema de abastecimiento de agua potable, donde figuran las obras de los nuevos Pozos de Cerro Negro – Lo Mena; el Plan de Eficiencia Hidráulica para identificar incidencias invisibles en la red, y mejoras en materia de digitalización de las redes subterráneas. Además, se mencionan la modernización y ampliación de la nueva Planta de Tratamiento de Agua Potable Padre Hurtado; el refuerzo de autonomía en 12 horas para Aguas Cordillera, mediante los trabajos efectuados en los nuevos estanques de San Antonio y San Enrique, y las obras de resiliencia para enfrentar los eventos de turbiedad extrema.
De manera adicional, la compañía lleva adelante varios proyectos para reforzar la seguridad de abastecimiento ante este escenario de sequía extrema, como la firma del histórico acuerdo de colaboración firmado con las Asociaciones de Regantes de la Primera Sección del río Maipo, en agosto pasado, el que establece una serie de medidas para sentar las bases de una solución que refuerce el suministro de agua a la población y, a la vez, el uso necesario para dar soporte al sector agroalimentario, mejorando la eficiencia hídrica de la cuenca.
“La crisis climática, cuya principal manifestación ha sido la profunda escasez hídrica que afecta a la zona central del país, nos plantea importantes desafíos en un contexto de desequilibrio en el balance de oferta y demanda. Ante ello, es fundamental sumar nuevas fuentes, contar con mayor redundancia en la infraestructura y aumentar la resiliencia del sistema para entregar un suministro cada vez más robusto frente al cambio climático. Es lo que Santiago necesita y en esa línea debemos seguir trabajando, pues la emergencia climática amerita soluciones concretas ahora”.
Marta Colet, Gerenta General de Aguas Andinas.
Impacto de la pandemia
En cuanto a la pandemia por Covid-19, la compañía estima un impacto global de $23.014 millones al cierre de septiembre de 2021 y comparado con un año normal. Ello, debido a los efectos directos e indirectos derivados de la emergencia, asociados principalmente a menores consumos no residenciales (-4.3%) y mayor gasto por incobrabilidad (% incobrables sobre ingresos 3.0% vs 0.8% en periodo prepandemia).
Adicionalmente, al cierre de septiembre se registra una provisión de deudores incobrables por $ 11.189 millones.