En línea con su compromiso con el país, la entidad financiera aportará los fondos necesarios para reconstruir el establecimiento educacional que fue consumido por las llamas. También restituirá el mobiliario, comprará materiales didácticos y la dotará de equipamiento tecnológico, entre otras contribuciones. Se espera que el inmueble sea inaugurado en octubre de este año.
Después de los graves incendios que afectaron a la zona centro-sur del país, una veintena de establecimientos educacionales se vieron afectados. Uno de ellos fue la escuela del sector rural de Colico Alto, en la comuna de Santa Juana, Región del Biobío, que fue consumida por completo por las llamas a comienzos de febrero pasado.
Ante este complejo panorama, Banco de Chile quiso ir nuevamente en ayuda de esta comuna y determinó aportar los fondos necesarios para la reconstrucción de esta escuela. Esta acción se llevará a cabo junto a la fundación Desafío Levantemos Chile y tiene como meta entregar a esta comunidad rural un nuevo y moderno inmueble con los más altos estándares de construcción y accesibilidad.
Actualmente la escuela atiende a niños y niñas entre prekínder y 6º Básico. Su comunidad educativa la integran además un equipo docente compuesto por ocho profesionales, asistentes de la educación y apoderados del establecimiento.
El anuncio se realizó en una emotiva ceremonia en la que participó la alcaldesa de Santa Juana, Ana Albornoz; el director del establecimiento, Mario Vallejos; la seremi de Educación del Biobío, Elizabeth Chávez; el gerente Zonal de Banco de Chile, Gonzalo Oportus; el director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile, Ignacio Serrano; el alumnado y profesores.
Ana Albornoz, alcaldesa de Santa Juana, agradeció este anuncio y comentó que “esto nos da una tranquilidad enorme para resistir como comuna este invierno tan difícil que se nos viene, porque estamos hechos cenizas. Tenemos esperanzas porque nuestros niños y niñas van a tener educación y eso es fundamental, es un derecho humano”.
Los jóvenes iniciaron sus clases en una dependencia que no sufrió mayores daños por el incendio y que fue especialmente reacondicionada. Durante la actividad voluntarios de la entidad financiera entregaron a cada niño una mochila, cuadernos y útiles escolares.
Mario Vallejos, director del establecimiento, manifestó que “agradecer al Banco de Chile por fijarse en nosotros, que somos una escuela que quedó devastada, pero que volverá a reconstruirse. Estamos totalmente esperanzados de que la escuela y el edificio que nos albergará será mucho mejor del que teníamos”.
Como parte de su compromiso con el país y el desarrollo de las personas, Banco de Chile espera inaugurar esta escuela en octubre de 2023, mismo mes en el que cumple 130 años de historia apoyando al país. La entidad financiera aportará también los fondos necesarios para restituir el mobiliario para todos los espacios de la escuela, comprar materiales didácticos y dotarla de equipamiento tecnológico.
Eduardo Ebensperger, gerente general de Banco de Chile, afirmó que “creemos que, sin duda, tras esta terrible catástrofe, la reconstrucción de la escuela del sector rural de Colico Alto aportará al resurgimiento de la localidad y al desarrollo del aprendizaje de estos niños”.
Ignacio Serrano, director ejecutivo de Desafío Levantemos Chile, planteó que “una vez más nuestros aliados estratégicos han decidido ser parte de la emergencia que azotó tan duramente al sur de nuestro país y en la cual hemos estado presentes desde el primer día. Tenemos un gran compromiso con la comunidad y cumpliremos con entregar una escuela de alto estándar”.
La escuela de Colico Alto tiene alrededor de 70 años de vida, siete décadas en que ha sido el único recinto educativo para las niñas y niños de esta zona rural, enclavada en la boscosa zona de la cordillera de Nahuelbuta. En este establecimiento educacional los alumnos reciben diariamente desayuno, almuerzo y una colación vespertina. Según el catastro del Centro de Apoderados, dos estudiantes sufrieron la destrucción total de sus viviendas producto de los incendios forestales.
Alejandra Burdiles, presidenta del Centro de Apoderados, declaró que “fue emocionante saber que nos van a reconstruir el colegio en forma tan rápida, es una felicidad inmensa y doy las gracias en nombre de todos los apoderados. Esto no nos va a derrumbar, sino que con mayor fuerza nos vamos a levantar y vamos a tener un colegio más lindo del que teníamos”.