La sanitaria realizó positiva evaluación de plan medioambiental en la región de Valparaíso con la instalación de biorrollos para favorecer el crecimiento de especies vegetales y proteger así aves y el “Sapito de cuatro ojos”, especie en categoría de conservación.
Positivos avances registra el proyecto de conservación del ecosistema del Tranque La Luz. Esval inició en 2022 este programa para apoyar la protección de las aves en la zona y del sapito de cuatro ojos, especie en categoría de conservación que se ha visto amenazada en nuestro país.
La iniciativa continúa en desarrollo, pues las especies se adaptan a, los biorrollos -cilindros de fibras naturales- que contienen compuestos orgánicos y vegetales, y que están en etapa de crecimiento. Además, este proyecto favorece el crecimiento de las especies ya presentes en el tranque, como juncos, totoras e insectos.
“Para nosotros esta es una gran iniciativa que va de la mano con la sostenibilidad y protección del medio ambiente. Estamos comprometidos con el desarrollo de este embalse, que nos ha permitido mantener la continuidad del suministro de agua potable para más de 15 mil hogares de Placilla de Peñuelas, pese a la mega sequía que afecta a nuestra Región de Valparaíso hace más de 14 años. Creemos que este proyecto significa un gran aporte para resguardar de mejor manera el ecosistema de esta reserva hídrica. Necesitamos también el apoyo de todos, por lo que el llamado a la comunidad es a colaborar con el cuidado del entorno”, dijo el gerente regional de la sanitaria, Alejandro Salas.
El biólogo jefe de ERA Sustentable, Juan Fernández, quien está a cargo del proceso de restauración ambiental en el Tranque La Luz que desarrolla Esval, explicó que “estamos en pleno desarrollo de esta revegetación de laderas por medio de biorollos, llevamos más de un año, es un proceso largo pero que trae resultados óptimos para el medioambiente. Tendremos disponibilidad de refugio para las aves, anfibios y la atracción de nuevas especies, como por ejemplo la llegada del cisne de cuello negro”.
Agregó que “se trata de una técnica de restauración ribereña, que genera un beneficio biológico, paisajístico y sociocultural. Por un lado, la cubierta vegetal de estos biorrollos proporciona un sistema de depuración natural del agua y de estabilización de la ribera, junto con aportar a la fijación de CO2 mediante el proceso de fotosíntesis. Además, los núcleos tienen una piscina en su interior, que permitirá al sapito de cuatro ojos (pleurodema thaul) completar su ciclo reproductivo en una zona húmeda y tener un refugio que favorece su conservación”.
La instalación de los biorrollos se realizó en marzo de 2022 el embarcadero, el mirador y otros sectores menores del tranque. Al momento un equipo de especialistas se mantiene en permanente supervisión de las condiciones de salud, crecimiento y vigor de las especies vegetales.