Sostenibilidad
10 de diciembre de 2025

Diagnóstico de Sostenibilidad Empresarial: avances en reportabilidad, pero caída en derechos humanos y economía circular

El Diagnóstico de Sostenibilidad Empresarial 2025 (DSE), realizado por Acción Empresas en alianza con Ipsos, muestra que el desempeño general de las empresas socias de Acción Empresas experimentó un leve retroceso, revelando señales de estancamiento y desafíos crecientes en ámbitos como derechos humanos, economía circular y gobernanza.

El puntaje promedio general, que se ubica en una escala de 0 a 100, bajó de 62 en 2024 a 61 en 2025, manteniéndose dentro de una tendencia estable, pero sin avances significativos. De acuerdo con las cifras comparadas de la última década, el progreso muestra variaciones importantes, con alzas y retrocesos que reflejan la dificultad de consolidar una integración profunda de la sostenibilidad en los modelos de negocio.

Constanza Pantaleón, gerenta general de Acción Empresas, indicó que “el DSE no es solo un diagnóstico, es un llamado a la acción. Nos recuerda la importancia de fortalecer la relación con proveedores y comunidades, y de alinear los objetivos ASG con incentivos internos que permitan que la sostenibilidad se viva en la práctica y no solo en el discurso”.

Retrocesos en derechos humanos y debida diligencia

Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la baja en la dimensión de derechos humanos y empresa. El informe señala que la disminución se explica, principalmente, por la menor implementación de procesos de debida diligencia.

Solo 22% de las empresas declara haber implementado un proceso de debida diligencia en derechos humanos con información pública, mientras que el 64% reconoce no realizar este tipo de evaluación en su cadena interna o de suministro. La existencia de políticas formales también presenta brechas, ya que un 32% aún no dispone de una política de derechos humanos con un compromiso explícito con los principios rectores de Naciones Unidas.

Economía circular: segunda baja consecutiva

Por segundo año consecutivo, la economía circular evidencia una caída significativa. Kathi Müller, gerenta de Desarrollo de Acción Empresas, desatacó que “esta tendencia refuerza la importancia de mecanismos como los Acuerdos de Producción Limpia para incentivar y concretar el compromiso empresarial con la reducción de residuos, el uso eficiente de recursos y la gestión circular de materiales. En esta versión del DSE, solo un 46% de las empresas declara un compromiso público con aumentar su circularidad y apenas 48% cuenta con metas definidas y transparentes en esta materia”.

Avances en reportabilidad y estándares internacionales

En contraste con los retrocesos, el diagnóstico identifica avances sólidos en materia de transparencia y reportabilidad. La adopción de marcos como SASB y los reportes integrados asociados a la normativa chilena NCG 461 y 519 muestra un crecimiento significativo respecto de 2024. Además, se observa mayor incorporación de lineamientos emergentes como TCFD, TNFD y las normas NIIF S1 y S2, lo que refleja un alineamiento progresivo con prácticas globales de divulgación ASG.

Actualmente, 83 % de las empresas reporta bajo alguna metodología reconocida, cifra superior al año anterior. Sin embargo, el reporte en conformidad con GRI disminuye debido al traslado hacia modelos integrados y contables que exigen la regulación vigente.

Gobernanza y gestión de riesgos: desafíos persistentes

El estudio destaca que 99% de las empresas cuenta con código de ética y buenas prácticas, y un 73% indica que su directorio monitorea los programas de sostenibilidad. Las brechas en gobernanza se reflejan principalmente en la exposición a riesgos, puesto que un 40% de las empresas encuestadas declara haberse visto involucrada en situaciones relacionadas con riesgos ambientales, sociales y/o de gobierno corporativo, con implicancias como cobertura mediática (31%), multas (22%) y/o procesos judiciales asociados a estas materias (19%).

Una causa podría ser un sistema de incentivos ASG aún incipiente: solo 44% de las empresas incorpora componentes de remuneración variable asociados a metas ASG. La mayoría de estos incentivos se concentra en las gerencias de 1ª línea, mientras que la integración en la evaluación de directorios y equipos operativos sigue siendo limitada. Este aspecto aparece como una de las principales oportunidades de mejora para alinear la estrategia de sostenibilidad con la gestión cotidiana del negocio.

Impactos en comunidades y cadena de valor

Si bien 83% de las empresas identifica sus impactos sociales y ambientales en su cadena de valor, existe menor avance en la evaluación periódica del impacto sobre la calidad de vida de las comunidades, donde apenas 51% declara hacerlo. También persisten brechas en la transparencia y gestión de proveedores, especialmente en la incorporación de criterios ASG para su selección y en la publicación de medidas de mitigación de impactos en la cadena.

Avanzar más allá del cumplimiento

El DSE 2025 muestra un sistema empresarial que ha consolidado prácticas básicas de sostenibilidad, pero que enfrenta el desafío de evolucionar hacia una gestión más profunda, estratégica y basada en la ciencia, especialmente en derechos humanos, cambio climático y economía circular.

El informe plantea, además, la urgencia de fortalecer la relación con grupos de interés como comunidades y proveedores, y de alinear los incentivos internos para acelerar la transformación sostenible.

 

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