En la primera sesión, que tuvo lugar en las oficinas de Balloon Latam, se abordaron distintas aristas de este tema, como la participación de pueblos indígenas, la cosmovisión, los derechos indígenas en el marco nacional e internacional, los desafíos para las empresas en este contexto y las experiencias en proyectos de diálogo y relacionamiento intercultural.
A 30 años de la Ley Indígena, el pasado 5 de octubre se integró oficialmente al pueblo Selk’nam como 11° integrante de los pueblos indígenas reconocidos por el Estado chileno, uniéndose así a los Mapuche, Aimara, Rapa Nui; Atacameño, Quechua, Colla, Diaguita, Chango, Kawashkar (o Alacalufe) y Yámana (o Yagán).
Con esta información partió -en las oficinas de Balloon Latam- el segundo módulo de Acción al Territorio, el programa de la línea temática de Territorios Sostenibles de Acción Empresas, dirigido por Ángeles Bustamante, jefa de Proyectos, que se centra en el relacionamiento con pueblos indígenas.
Para comenzar, José Hirmas, director Comercial de Balloon Latam, compartió el propósito de esta organización, que es impulsar a las comunidades rurales para que sean protagonistas de su desarrollo y comentó que, en doce años, han trabajado en más de 6.080 proyectos locales. Junto a esto, invitó a los presentes al próximo ENVIS (Encuentro Nacional de Vinculación Social), un espacio de diálogo horizontal entre distintos actores sociales, que se realizará el primer fin de semana de 2024, en Puerto Varas.
Luego Raúl Troncoso, jefe de Desarrollo Socioterritorial y Comunidades de Balloon Latam, habló de la importancia del relacionamiento intercultural y detalló dos experiencias: un programa especial Arauco-Malleco, en el que trabajaron con el Ministerio de Obras Públicas (MOP), que permitió generar inversión pública en caminos privados; y otra sobre el desarrollo de una encuesta de opinión pública en comunidades mapuche, impulsada por CEP y Cadem. En esta última aportaron incorporando dimensiones/elementos de identidad territorial asociados a características del entorno natural (cordillerano, costero) e incorporaron la figura de porteros territoriales (personas que cumplen la función de enlace territorial, que facilitan, por ejemplo, traducción). “Con una relación horizontal es la única manera de poder aproximarse y generar confianza”, dijo.
Por su parte César Ancalaf, jefe de Asuntos Públicos Araucanía de la empresa Arauco, quien realiza programas de capacitaciones en metodologías de intervención con población mapuche, se refirió, en primera instancia, a los elementos transversales de la cosmovisión de los pueblos indígenas en Chile: conexión con la naturaleza, el rol de los ancestros, concepción de tiempo y espacio, lógica territorial, importancia de los sueños y visiones, sistema de medicina tradicional, prácticas agrícolas y conocimiento del entorno.
“Cuando hablo del rol de las empresas, me gusta vincularlo al trabajo en los territorios. Es un concepto que hoy tenemos que incorporar de manera potente. Debemos hacernos conscientes de que nosotros no estamos operando en una zona o en una región como algo abstracto, estamos trabajando, nos estamos vinculando a un espacio que tiene vida, donde hay personas, ideas, organizaciones y hay otros actores que en su conjunto forman esta realidad”, indicó.
Sobre los principales desafíos para las empresas, señaló que está el cumplimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Para eso, el accionar en el territorio es clave. “La actividad debe mejorar condiciones de vida de las poblaciones con las que trabajan y generar innovación”, precisó.
En cuanto a los derechos indígenas en el marco internacional, mencionó el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales (1989), ratificado por Chile en 2008; la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (2007); y las directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques (FAO 2012), entre otras.
Finalizó con el marco nacional, donde se cuenta la Ley Indígena 19.253 (1993); el Código de Aguas, que incluye disposiciones para garantizarlos derechos de agua de las comunidades indígenas (Art 5); la ley sobre Bases Generales del Medio Ambiente; la ley de Monumentos Nacionales y la Política Nacional de Ordenamiento Territorial (decreto 469), cuyo reglamento está en preparación.
Por último, Rosa Catrileo, jefa de la Unidad de Asuntos Indígenas del Ministerio de Desarrollo Social, empezó aclarando que, para poder relacionarse con alguien, primero hay que “conocer” y en el caso de los pueblos indígenas, hay que “reconocer”. “Esa es la primera aproximación necesaria”, puntualizó.
Entonces, ¿Cuál es la importancia de reconocer la existencia pueblos indígenas? Explicó que se conecta “con la presencia en el territorio, que es un concepto amplio, que va más allá de la propiedad o de quién tiene inscrita la tierra en el conservador de bienes raíces. Tiene que ver con el espacio en el que los pueblos indígenas se han desarrollado como colectivo, el espacio cultural, social, político y espiritual”.
Este reconocimiento dio origen a normativas internacionales, como la declaración de Naciones Unidas y la declaración OEA relativa a derechos pueblos indígenas, márgenes que instan a los estados a realizar un trabajo colaborativo con los pueblos indígenas y que, para ello, la participación es clave, pues “permite manifestar o canalizar la voluntad colectiva y otorga la posibilidad de incidir en la toma de decisiones”.
Así, uno de los mecanismos de la participación es la Consulta Indígena, que en Chile está regulada por un decreto del ministerio de Desarrollo Social. “La consulta no es una obligación para los privados, no es una obligación para las empresas, es una obligación del estado”, destacó Catrileo. Sin embargo, argumentó que le compete al mundo privado, porque en muchas oportunidades, posee proyectos en territorios y tierras indígenas, que pueden producir una afectación a los derechos colectivos de los pueblos, por lo tanto, las empresas deberían considerar que sus planes pueden requerir un proceso de consulta”, recalcó.