Este miércoles 2 de junio apareció en el Cuerpo B Economía y Negocios del matutino nuestro reportaje llamado “Empresas y territorios: reactivando con mirada local“, de nuestro especial “#Reactivaciónsostenible”.
En nuestra cuarta alianza editorial junto a El Mercurio llamada “Reactivación sostenible”, publicamos el tercer artículo, que se titula “Empresas y territorios: reactivando con mirada local”.
En cada edición, que aparecerá cada quince días, trataremos temáticas referentes a la reactivación sostenible. Además se darán a conocer casos de empresas en materia de desarrollo sostenible.
Te invitamos a conocer la segunda publicación: REVISA EL TEXTO ORIGINAL ACÁ
Empresas y territorios: reactivando con mirada local
Una de las oportunidades que la pandemia deja al mundo empresarial, es la clara necesidad de reactivar la economía con foco en las personas desarrollando con rapidez, estrategias de negocios que satisfagan necesidades básicas y específicas de las comunidades, respondiendo a sus brechas y potenciando sus fortalezas.
Toda actividad empresarial se desarrolla en un espacio geográfico determinado, en el que la empresa es un actor más de los muchos que generan impactos positivos y negativos con su quehacer. Sin embargo, muchas veces las huellas socioambientales y económicas de las empresas, genera enormes conflictos con las comunidades, erosionando aún más, una relación que, por esencia, debería ser de mutuo valor.
Ya en 2019, una encuesta de EY, aseguraba que el mayor riesgo para las mineras en 2020, sería la falta de una “Licencia Social para Operar”, concepto que emerge a la luz de negociaciones entre empresas y comunidades para apaciguar trincheras sobre una operación empresarial en un territorio determinado a cambio de requerimientos acordados entre ambos actores. Esta práctica -cada vez menos efectiva- ha ido mutando de forma lenta pero sostenida, hacia una relación más compleja, y a su vez, más genuina, en las que -empresa, estado y sociedad- dialogan con el fin de resolver juntos, necesidades determinadas y de largo plazo que se basen en las potencialidades y brechas del territorio y sus habitantes.
El estallido social y los fuertes descalabros económicos que produjo el Covid-19, evidenciaron la vulnerabilidad de los entornos locales y rurales de Chile mostrando la urgencia de solucionar insuficiencias básicas y estructurales, a la luz de estrategias de desarrollo local que reenfoquen los recursos públicos y permita a la empresa, ser parte central de un proyecto de largo plazo que beneficie a todos.
EL PODER DE LOS TERRITORIOS
La capacidad que posee todo territorio para convertir su conocimiento específico en innovación social, económica y ambiental, es una de las variables fundamentales para determinar su desarrollo.
La innovación territorial, aplicada a mejorar la calidad de vida de sus propios habitantes, constituye un camino imprescindible en el proceso de transformación hacia comunidades más resilientes, empoderadas y cohesionadas. Por ello, impulsar procesos de innovación territorial, no solo depende de los recursos económicos y presupuestarios de gobiernos locales o empresas, sino que variables como la confianza, la corresponsabilidad entre actores público-privados, la capacidad de poner en valor los recursos propios de una zona, la existencia de instancias de colaboración e intercambio de información entre empresas, instituciones, academia y sociedad civil, y la capacidad de generar estrategias y sistemas de especialización que aprovechen las oportunidades locales, son requisitos básicos.
“El territorio es un espacio de diálogo y convivencia, y también de conflictos. La corresponsabilidad y la disponibilidad entre los actores, resultan claves para impulsar nuevos desarrollos que se traduzcan en bienestar para las personas. Por eso, el conocimiento compartido permite que las empresas visualicen la importancia del buen relacionamiento comunitario. El poder de las alianzas público – privadas, con un marco de planificación estratégico, a escala, centrado en la innovación, en la participación y en la cohesión social, debe ser la brújula de la actividad empresarial de esta nueva era”.
Marcela Bravo, Gerenta General de ACCIÓN Empresas.
El desafío que impone la recuperación económica post pandemia, evidentemente requiere una nueva forma de hacer las cosas. Quizás nunca antes fue más urgente desarrollar mecanismos nuevos de colaboración, gobernanza y participación multiactor. Es por eso que ACCIÓN Empresas desde marzo de 2021, desarrolla un nuevo programa empresarial enfocado en el relacionamiento con comunidades, el bienestar territorial, la articulación entre actores, el aprendizaje compartido y mediciones específicas de avance empresarial.
“Cuando le propusimos a las empresas que forman parte de ACCIÓN trabajar una nueva estrategia de relacionamiento comunitario, con iniciativas concretas de desarrollo, incluyendo a sus grupos de interés, hubo mucho entusiasmo. Las empresas entienden que los territorios donde operan, son espacios concretos para hacer diferencias desde un rol transformador. Desde marzo a la fecha, ya tenemos más de 30 compañías trabajando en la identificación y priorización de sus grupos comunitarios, asumiendo que esta es la única forma de construir desarrollo empresarial a largo plazo”, explica Felipe Smith, jefe de proyectos, quien lidera la línea temática de Territorios Sostenible de ACCIÓN Empresas.
Y es que luego de haber vivido el año más difícil en los últimos 100 años de historia, la humanidad debe asumir que ya no hay tiempo para la transición. Debemos recuperarnos reactivando las economías desde otro paradigma: uno que se centre en las necesidades más urgentes de las personas, resignificando el rol de liderazgo que ocupa la empresa en los cambios sociales y no dejando a nadie atrás.
VISIÓN 2050
Uno de pilares para acelerar la transformación sistémica que define el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible, WBCSD, en la reedición de la Visión 2050, identifica la importancia de desarrollar espacios y relaciones entre empresa, estado y sociedad basada en una mirada compartida de futuro, que genere oportunidades de negocios y a su vez, asegure bienestar social y ambiental para que, en 2050, 9 mil millones de personas puedan vivir bien dentro de los límites del planeta. Revisa Visión 2050 en www.accionempresas.cl