Entre los países que más riesgos afrontan están Vietnam, Bangladesh, Laos y China para la acuicultura de agua dulce; Ecuador, Egipto y Tailandia para la de agua salada; y Noruega y Chile por su volumen de producción acuícola marina.
Las nuevas predicciones, realizadas con la colaboración de más de un centenar de científicos, indican que el potencial productivo de la pesca en las zonas económicas marinas exclusivas (las primeras 200 millas náuticas desde la costa) se reduciría entre el 2,8 % y el 12,1 %, en función de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Aunque esos porcentajes globales “no son muy significativos”, se observan “grandes diferencias por regiones, con un impacto negativo particular en las áreas tropicales”, como en el sur del Pacífico, aseguró en un acto el director de Pesca y acuicultura de la FAO, Manuel Barange.
Por otro lado, se espera que el cambio en las temperaturas incremente la producción en latitudes altas y, si esta disminuye, que no lo haga tanto como en los trópicos.
“Si los recursos se gestionan bien, las capturas no tienen por qué caer, pueden incluso aumentar”, dijo Barange, que destacó la necesidad de coordinar las medidas para evitar una “mala adaptación” al cambio climático.
Calentamiento oceánico
Según el informe, los océanos han absorbido el 93 % del calor adicional generado desde la revolución industrial y el nivel del mar ha subido unos 20 centímetros en los últimos cien años.
En 2012, las embarcaciones pesqueras emitieron 172 millones de toneladas de dióxido de carbono(el 0,5 % de las emisiones globales ese año), mientras que en 2010 la acuicultura fue responsable de liberar a la atmósfera 385 millones de toneladas.
Barange detalló que, entre los países que son parte del Acuerdo de París sobre cambio climático, 87 han abordado la pesca y la acuicultura en sus compromisos nacionales, si bien falta información y un marco de acción adecuado para tomar las medidas de adaptación necesarias.
El informe también prevé el desplazamiento de un alto número de especies a través de las fronteras, lo que requerirá nuevos acuerdos bilaterales y regionales.
En el futuro, los ecosistemas de agua dulce serán especialmente “sensibles” al cambio climático y la acuicultura podrá verse afectada por eventos extremos como las inundaciones.
Países más afectados
Entre los países que más riesgos afrontan están Vietnam, Bangladesh, Laos y China para la acuicultura de agua dulce; Ecuador, Egipto y Tailandia para la de agua salada; y Noruega y Chile por su volumen de producción acuícola marina.
Un representante del Gobierno de Fiyi, Netani Tavaga, afirmó que el calentamiento de las aguas hará que ciertas especies se muevan hacia zonas más frías, lo que en su país supondrá la “pérdida de la pesca tradicional”, con menos capturas y empleos.
El director ejecutivo del Mecanismo regional de pesca del Caribe, Milton Haughton, resaltó los “limitados recursos financieros y técnicos” con los que cuentan para adaptarse al cambio climático en una región que el año pasado presenció 17 tormentas, incluidos 6 huracanes de gran intensidad.
Los daños en los arrecifes de coral, la llegada masiva de sargazo a las costas o la pérdida de terreno fueron otros de los problemas mencionados que enfrentan las islas caribeñas.
Esta información fue publicada por: EFE Verde