A tres días del comienzo de la cumbre sobre cambio climático más importante del mundo, conversamos con el encargado de difundir mensajes de ambición y acción climática, quien se refirió al nuevo rol que jugará nuestro país en este evento y cómo se vincula la acción climática con el actual contexto social.
Tomando en cuenta el actual contexto social, el pasado 30 de octubre se anunció la cancelación de la COP25 en Chile. Si bien nuestro país seguirá teniendo la presidencia de la cumbre sobre cambio climático más importante del mundo, se decidió trasladarla a otro país.
“Para todos fue muy doloroso y a su vez muy comprensible el que se priorice la seguridad. Si bien es una situación muy dura desde todas las perspectivas, resulta imposible cuestionarla dada la información que la presidencia debe tomar en consideración”, afirma Gonzalo Muñoz, quien en abril pasado fue elegido por el Presidente Sebastián Piñera como High Level Champion de la COP25.
No ha sido una tarea fácil cambiar la sede, ya que existían muchos compromisos adquiridos, pero era un imperativo que esta cita internacional se hiciera en la fecha acordada, entre el 2 y el 13 de diciembre. Fue así que España asumió este desafío.
“Estamos muy agradecidos de la generosa propuesta de España de recibir la COP25 en Madrid, manteniendo el rol de la presidencia que Chile asumió hace casi un año atrás en la COP24 en Polonia. Y en ese sentido es muy importante el que Chile mantenga la presidencia, ya que para el adecuado avance de la implementación del acuerdo de Paris se necesita mantener la estabilidad del proceso de negociaciones, así como la aceleración de la acción climática global”, dice Muñoz, quien además es Presidente Ejecutivo y Co-Fundador de TriCiclo.
– ¿Cuál es el rol que Chile jugará ahora en la COP25?
El rol de Chile se mantiene como un compromiso relevante, donde esperamos poder liderar la agenda climática global por el bienestar del medio ambiente, por supuesto buscando como esa agenda contribuye también a las demandas ciudadanas en todo el mundo, incluyendo Chile. En este tremendo torbellino en el que estamos inmersos es muy importante mantener la mayor estabilidad posible del proceso de negociaciones climáticas globales, no solo por el bienestar de Chile, si no que por el bienestar de toda la humanidad.
– Ahora que se trasladó la COP25, ¿qué cambios tuvo que hacer en su propio programa?
Por supuesto se deben hacer una serie de ajustes logísticos que nos han obligado a cambiar aspectos del programa, fundamentalmente en lo que respecta a la acción climática y los ejemplos que queríamos mostrar. Pero el programa de negociaciones se mantiene intacto. Y a grandes rasgos estamos haciendo todo lo posible por mantener el programa general de la COP25 en todo lo que respecta a foco, contenido, reuniones, exposiciones. Por supuesto hemos tenido un desafío gigante en materia logística. Y desde luego un aspecto que nos mueve es el de ahora mostrar aún con más fuerzas como la agenda global y local de acción climática es justamente una agenda que contribuye a resolver también problemas sociales y de esa forma contribuir al desarrollo sostenible y la paz social.
– ¿Cómo cree que ha tomado esta decisión el sector empresarial?
Yo creo que la ciudadanía chilena está toda muy afectada por la crisis que estamos viviendo, y por lo tanto el foco general está en que podamos sobrellevar este momento, resolviendo los problemas de fondo y con la expectativa de que salgamos fortalecidos como sociedad. A su vez hay una cantidad enorme de empresas que se han visto enormemente afectadas de forma directa, ya que habían puesto expectativas concretas en lo que implicaba un evento de las dimensiones de la COP25. El sufrimiento en ese ámbito también es enorme. Por lo demás existen muchas personas (de la sociedad civil, de las ciencias, del gobierno y también de empresas) que llevan trabajando durante muchísimos años para aumentar la acción climática, y que veían en la COP25 una instancia fabulosa para aumentar el impacto positivo. En muchos casos esos compromisos climáticos continúan y esperamos tener la capacidad de fortalecerlos a pesar de que la COP25 no se realice en Chile.
– ¿Cómo se podría volver a instalar el tema ambiental como uno de los prioritarios para nuestro país?
Estamos totalmente claros que, para lograr la paz social y el bienestar en equidad, así como llegar al desarrollo sostenible, debemos aprender a tratar los temas ambientales de manera seria y profunda. Por lo tanto, la agenda ambiental debe fortalecerse y ser parte fundamental del nuevo diálogo social de nuestro país. Para profundizar la equidad debemos tomarnos en serio la forma como nos relacionamos con el medio ambiente, en cada rincón del planeta, para cada persona y para todas las generaciones.
– ¿Qué le diría a las empresas en el actual contexto social?
Me parece que lo que estamos cuestionándonos es cuál es el propósito de las empresas. Y ese propósito puede traducirse en impacto socioambiental positivo si aprendemos a hacernos las preguntas difíciles. Desde el movimiento de las empresas B hace un par de años identificamos que los dos grandes ámbitos que ponen en riesgo el desarrollo de cualquier empresa son justamente la inequidad y el cambio climático. Y esos dos ámbitos representan tremendas oportunidades si los trabajamos desde la lógica del propósito empresarial. Es por eso que este año, el lema del gran encuentro de las empresas B, a principio de septiembre, fue justamente “El mercado y las empresas al servicio de soluciones a la crisis climática y de inequidad”.