La integración a la sociedad de una persona que ha sido condenada por infringir la ley es una preocupación que en los últimos años ha permeado al sector empresarial, que se ha sumado a las políticas públicas que el Estado ha impulsado en el último tiempo. Un ejemplo es el programa “+R”, alianza público-privada que busca capacitar e insertar laboralmente a las personas privadas de libertad con el objetivo de disminuir la reincidencia.
Según un estudio publicado en 2016 por Gendarmería, el 70% de las 30 mil personas que en ese entonces estaban privadas de libertad no habían terminado la enseñanza media. Por lo tanto, las posibilidades de programas de capacitación, intermediación y habilitación laboral son fundamentales para acompañar a quienes buscan reinsertarse en la sociedad luego de cumplir sus sentencias.
El rol de las empresas es crucial cuando se aspira a una verdadera reinserción. Ello porque es el mundo privado el que puede aportar con puestos de trabajo para esta población. Y cuando ello ocurre, se abren muchas alternativas que a la larga resultan muy convenientes cuando se habla de prevención: lo que se aporta con ello son oportunidades.
La labor de Fundación Reinventarse de Grupo Komatsu Cummins es desarrollar programas integrales y transformadores para jóvenes vulnerables que infringieron la ley, con el objetivo de que consigan herramientas que les permitan integrarse social y laboralmente, a través de la facilitación de vínculos de confianza, espacios de aprendizaje e involucramiento con trabajadores de las diferentes compañías.
Con el objetivo de mostrarles cómo funciona el mundo laboral, desde 2011 a la fecha se han capacitado a más de 600 personas domiciliadas desde la Región de Tarapacá hasta la Araucanía. En estos últimos años, el foco ha estado en jóvenes y mujeres privadas de libertad. De todos ellos, 17 han sido contratados por el grupo Komatsu Cummins, todo a causa de su interés por darle un nuevo rumbo a sus vidas. En este 2019, hay un grupo potencial de 8 jóvenes más que podrían sumarse a los empleados de ambas compañías si al final de su proceso de pasantías terminan bien evaluados.
El sector privado tiene la oportunidad de asumir un compromiso país mediante la reinserción social. Capacitar y ofrecer un empleo a una persona es, en la práctica, ofrecer una oportunidad. Pero no basta con que estas iniciativas sólo tengan el respaldo del Estado. Es hora de que el mundo privado tome cartas en el asunto, pues también en esta área hay mucho por hacer.