Economía Circular
20 de mayo de 2019
El positivo impacto de la ciudadanía en la valorización de residuos

Para lograr los objetivos de Desarrollo Sostenible, es necesario volver a pensar el sistema económico mundial, el que es no es un fenómeno natural, sino que, es una construcción social.

Una de las cosas que se deben re-diseñar, es la forma en la cual concebimos los residuos que denominamos “basura” y depositamos en bolsas para que se los lleve el camión a quien sabe dónde.  Esa visión y acción, afortunadamente se está modificando internacionalmente a distintas escalas y velocidad de avance. Europa comenzó en los 90; lo siguieron distintos países de altos ingresos, y la clase media se está poniendo al día, ese es el caso de Chile.

Uno de los puntos en común en esta transformación, corresponde al uso de la regulación como factor de impulso para gestionar los residuos como recursos y no como basura. Esto ha permitido el desarrollo de industrias de recolección, clasificación y reciclaje de residuos, en cadenas de suministro de alcances nacionales e internacionales, en la fabricación de mobiliario utilizando residuos como en Dinamarca, hasta la exportación masiva de desechos desde Estados Unidos a China y el resto de Asia. De esta forma, podemos ver que los países transitan caminos relativamente similares en normativa e infraestructura. Sin embargo, existen diferencias interesantes.

Estados Unidos, gasta casi tres veces más por tonelada de residuo que Alemania en las actividades de recuperación, clasificación y valorización, alcanzando una tasa de reciclaje de casi el 50% de los residuos que genera, mientras Estados Unidos solo llega al 26%.

¿Qué podría explicar una diferencia tan grande entre ambos países? Una hipótesis, sería los elevados costos de recolección en USA. Otra alternativa, estaría en los valores y comportamiento de los ciudadanos, pues la disposición e interés que tienen por informarse sobre cómo depositar correctamente los residuos en la infraestructura que se encuentra disponible y la demanda de éstos por mejores resultados en el desempeño ambiental de su país, podría ser un factor para entender la diferencia entre ambas naciones. Esto se puede ver en cuán distintos son sus puntos de recepción de residuos y la calidad de materiales que reciben sus plantas de clasificación.

El impulso normativo es clave para aumentar la tasa de valorización en nuestro país. La inversión en infraestructura y el desarrollo de una industria de clasificación y valorización de residuos es absolutamente central, pero todo esto, es condición necesaria para gestionar los residuos como recursos. Sin embargo, condición suficiente para que el sistema de gestión sea efectivo y eficiente es una sólida educación ambiental y ciudadanos preocupados y comprometidos con disminuir su impacto ambiental.

Sin conciencia ambiental la infraestructura puede ser solo fierros.