Personas y Trabajo
27 de diciembre de 2021

Gestionemos el cambio con preguntas movilizadoras | Sebastián Gaggero

Hoy más que nunca, las personas en posiciones estratégicas en las empresas, están siendo desafiadas a potenciar el desempeño, agregando valor a sus clientes y responder a la legítima necesidad de los colaboradores por ser vistos, aspiración que todo ser humano tiene como derecho intrínseco.

Surfear en este escenario de cambios, desafíos e incertidumbre, no es una tarea fácil, especialmente cuando la disposición ante estos retos, se vive desde el propósito genuino y más aún, ante una de las mayores crisis que esta generación ha enfrentado. Se requiere de voces potenciadoras del cambio, que expresen el sentir del espíritu de la organización, que observen de manera sistémica e incluyan en su relato, decisiones y acciones, los sentires de todas las partes que integran una organización.

Para experimentar esta ampliación de mirada debemos estar dispuestos a mirarnos. Esto trae consigo una amplia gama de pensamientos, emociones y sensaciones, que nos pueden llevar desde el bien-estar al mal-estar, y viceversa, en segundos. Es vivir lo que sentimos en lo cotidiano; eso que está bajo de todo argumento racional y postura objetiva. Y ya sea en el bien-estar o en el mal-estar, en la curiosidad o en el dolor, en la inspiración o en la solución de problemas, podemos siempre – si así lo queremos – preguntarnos acerca de lo que estamos viviendo.

El ser conscientes sobre, cómo día a día, se nos va presentando este escenario en nuestro estado de ánimo, disponibilidad del tiempo, balance vida-trabajo e incluso salud, amplía significativamente nuestra mirada y entendimiento. Siempre está a nuestro alcance, la oportunidad de transformar el presente que vivimos y esta conciencia aparece en el momento en que nos disponemos a reflexionar. 

Si estás en el dolor o mal-estar del presente a nivel organizacional, te invito a reflexionar mirando el “nosotros”, al preguntarte íntimamente sobre el colectivo:

¿Cómo balanceamos el desarrollo de la organización con los procesos que vivimos como personas? ¿Cómo es nuestra cultura organizacional? ¿Qué queremos conservar y qué queremos cambiar? 

Te invito a compartir en los comentarios las reflexiones resuenan en ti. Por otro lado, si estás explorando cómo tu hacer impacta en la organización, puedes mirarte y preguntarte:

¿Cómo puedo desplegar mi máximo potencial en la compañía? Con mi manera de actuar ¿Cómo contribuyo a la cultura organizacional? ¿Cómo impacta mi forma de ser  en el avance de los proyectos?

Estas preguntas, aun cuando pertenecen a distintos ámbitos – el colectivo y el individual respectivamente – tienen algo en común. Nos invita a mirarnos a nosotros mismos dentro de un colectivo y también a darnos cuenta que el colectivo que vemos impacta en nosotros mismos.

Nos invita a reconocer nuestro entorno y también nuestra propia profundidad. Nos lleva a darnos cuenta de que aquello que vivimos no está separado de nuestro entorno y que nuestro entorno no está separado de nuestro entendimiento de éste.

En última instancia, nos hace reconocer y mirar nuestra propia transformación individual en el desarrollo orgánico de un grupo humano diseñado por todo lo que hacen.

Es la oportunidad de reconocernos dentro de las marejadas de incertidumbre y complejidad del presente que vivimos y desde el cual hacemos lo que hacemos para desplegar los cambios que declaramos querer.