Durante los últimos años se han incrementado notablemente las empresas que declaran ser sostenibles, amigables con el medio ambiente, diversas e inclusivas, con todo lo que ello implica en sus distintas dimensiones. Lo anterior es tremendamente positivo no sólo para el cuidado del planeta, sino también porque impacta a colaboradores, proveedores, distribuidores y por supuesto consumidores, es decir, toda la cadena de valor.
A su vez, es importante que dichas declaraciones no sean sólo eso, una “declaración”, sino que se plasme en hechos concretos y medibles, que además sirvan de ejemplo y elemento gatillador, para que otras empresas también se sumen a la tendencia. Lo anterior se refuerza debido al contexto en que estamos viviendo, en que los daños causados al planeta en términos de calentamiento global son irreversibles y la humanidad es responsable de ello, de acuerdo al más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).
Así lo entendimos hace ya algunos años en Empresas Iansa, definiendo una estrategia de sostenibilidad clara, que nos permitiera seguir creciendo junto a nuestros colaboradores, las comunidades en las que nos desenvolvemos y nuestros socios estratégicos, con acciones concretas apuntando a una operación sostenible a nivel social, medioambiental y económico.
Para ello, nos autoimpusimos metas claras y medibles, pasando por ejemplo de una tecnificación en la superficie sembrada del 30% en el año 2000 a un 83% en el 2021, haciendo más eficiente el uso de agua en un 90% con respecto al riego tradicional. A su vez, formamos una alianza con Reciclapp, quienes retiran de manera gratuita nuestros envases Iansa, Iansa Cero K y Iansa Agro, en varias comunas de la Región Metropolitana y de regiones. Y recibimos también la certificación de cuantificación de la huella de carbono para cuatro de nuestras operaciones productivas en Chile, mediante el programa Huella Chile del Ministerio de Medioambiente.
Pero quisimos ir más allá y lanzamos recientemente nuestra Declaración frente al Calentamiento Global y el Cambio Climático con metas aún más ambiciosas de aquí al 2025, entre ellas superar el 90% de envases reciclables en nuestros productos de consumo masivo; aumentar a 87,5% el riesgo tecnificado en las superficie sembrada en campos propios y de terceros; lograr en forma exitosa el cumplimiento de todas las metas definidas por el Acuerdo de Producción Limpia (APL) de Chilealimentos con las plantas de Patagoniafresh, filial de Empresas lansa; mantener el acuerdo para la provisión de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) por sobre el 95%, considerando el consumo eléctrico entregado por terceros; entre otros.
Si bien tenemos claro que los números no son lo único relevante, es necesario contar con metas claras, que sirvan para trabajar en plazos determinados y, además, medir los resultados. La ciudadanía actualmente exige, y con toda razón, que lo que las empresas declaran sea cumplido y verificado, yendo incluso más allá de los mínimos que exige la ley.