“Hay que pasar agosto” se usa como una burla cariñosa pero también como una manera coloquial de expresar el deseo de cuidarnos. Quiero tomar este segundo significado, para expresar dos deseos para “pasar agosto”.

El primero es que cuidemos el trato al otro y el lenguaje, porque se vienen días complejos. Los mega consensos del 2020 están muy lejanos. El 78% a favor de la idea de una nueva Constitución y el 79% a favor de que una Convención escribiera la propuesta, ahora tendrán una expresión mucho más cerrada. Se vaticina que el triunfo (de cualquiera de las dos opciones) será por una cabeza y todo este proceso constituyente no culminará con un gran acuerdo sino con un país profundamente dividido. La sostenibilidad requiere crear un ánimo social de colaboración, vínculos que nos permitan cooperar de manera efectiva. 

El segundo es que, sea cual sea el resultado del 4 de septiembre, es necesario trabajar desde el lunes 5 por una Mesa Nacional por el Desarrollo Sustentable y Sostenible de Chile, que convoque al Estado, a las universidades e institutos, a los gremios, a las organizaciones de la sociedad civil, a las comunidades y a los medios de comunicación, para lograr un sistema de colaboración radical con tres objetivos estratégicos.

El primero es hacer una bajada concreta en grandes iniciativas como descarbonización, economía circular, regeneración, matriz energética, para integrarlos en una gran hoja de ruta viable, con mediciones de impacto tangibles y entendibles por todos. El segundo, es crear un relato común para hacer entender, que todas estas políticas se tratan, al final, de crear un nuevo paradigma de desarrollo económico que incluye nuestro consumo. El tercero es crear un amplio plan de difusión y educación que nos habilite a las personas comunes y corrientes a sumar nuestro impacto con cambios en nuestras vidas cotidianas. No sirve de nada que toda esta estrategia siga relegada en políticas sectoriales, ni menos que caiga en esta lógica binaria de blanco o negro que no nos permite colaborar. Sin una colaboración radical, el sueño del Desarrollo Sustentable, quedará amablemente guardado en los salones de foros empresariales o reportes de fin de año que sólo leen unos pocos.