La COP26 partió con altas expectativas para todos. Millones de ojos a lo largo del globo estuvieron puestos en Glasgow, Reino Unido, durante las últimas dos semanas; todos atentos a las decisiones que tomarían líderes mundiales, del sector privado y de la sociedad civil para frenar la crisis climática. La pandemia no hizo otra cosa que agravar la situación de los que ya estaban siendo golpeados por los efectos de esta crisis, los más vulnerables: mujeres y niños y los países menos desarrollados. De los anuncios y sorpresas positivas que marcan un precedente podemos mencionar:
1.- El reconocimiento de cuán importante son los océanos y las medidas para su conservación como medida de mitigación que ahora serán consideradas dentro de los NDCs de los países, lo que se empezó a gestionar en la presidencia de Chile (COP25 /COP Azul), y que en esta cumbre se consolida como una realidad.
2.- El compromiso China – USA, pese a no ser vinculante, es un logro.
3.- El inesperado compromiso de Brasil y otros países en la lucha contra la deforestación ilegal al 2028.
4.- El Pacto de Glasgow que releva el rol de la ciencia y las soluciones basadas en la naturaleza para establecer medidas de mitigación y reducción de emisiones.
5.- Reconocimiento de la importancia de las pérdidas y daños para las comunidades más vulnerables al clima.
Desde el sector privado, hay que reconocer el gran trabajo realizado por los High Level Champions, quienes a través de la “Alianza de la Acción Climática” y de “Race to Zero”, movilizaron a más de 7 mil instituciones, 5.000 empresas y 90 trillones de dólares en la gestión de activos financieros comprometidos con la descarbonización. También se lanzó la campaña “Race to Resilience” (carrera por la resiliencia) con el objetivo de apoyar a más de 4 billones de personas a 2030 en procesos de adaptación y resiliencia a los efectos del cambio climático. Y siguiendo esa línea, el anuncio de la Alianza Financiera para las Cero Emisiones (Glasgow Financial Alliance for Net Zero), que movilizará 130 trillones de dólares en activos financieros junto al compromiso de más de 450 empresas en 45 países. Finalmente, en materia de reportabilidad, la Fundación de Estándares Internacionales de Reportes Financieros (IFRS por sus siglas en inglés) anunció oficialmente el establecimiento de una Junta de Estándares Internacionales de Sostenibilidad (ISSB). Su principal objetivo: desarrollar estándares globales integrales de informes de sostenibilidad de referencia bajo una sólida gobernanza y supervisión pública.
Si bien fue una cumbre que deja de dulce y agraz, también deja en claro la necesidad de comprometer acciones del sector privado. Aunque los países -en especial los más desarrollados- no consiguen avanzar sustancialmente en combatir el cambio climático, las empresas sí pueden hacer su parte, trabajar por elevar sus estándares y mejorar sus prácticas para aportar positivamente en el desafío que significa limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5Cº y reducir las emisiones en un 45% a 2030, logrando llegar a cero para 2050. La responsabilidad es de cada uno de los que habitamos en el planeta.