Cambio Climático
26 de julio de 2022
¿Si los productos ecológicos fueran los más baratos? | Miguel Pinto

Los chilenos y chilenas estamos cada vez más dispuestos a preferir opciones de productos respetuosos con el medio ambiente; el problema es que para producir este tipo de alternativas de consumo el costo es mayor y el resultado es que tenemos productos más caros que sólo unos pocos pueden pagar.

Los estudios de opinión sobre consumo responsable muestran que hay una gran cantidad de personas que están dispuestas a pagar más por este tipo de opciones, pero los niveles de inflación actuales son capaces de frenar cualquier buena intención declarada en una encuesta. Sirve de poco mejorar la conciencia ambiental si no facilitamos desde las instituciones, que las decisiones responsables sean una opción real para la mayoría de la población y no para los consumidores de elite.

Las empresas deben ser conscientes de que la solución de mayor impacto no está en los productos premium, porque es una salida que sólo beneficia su propia rentabilidad. Definir un target con alto poder adquisitivo y con disposición a pagar más por un producto de elite es una de las tareas que persigue todo buen equipo de marketing, pero desde el punto de vista del impacto en la sostenibilidad necesitamos mucho más que eso para “mover la aguja”; no vamos a ser sostenibles con este modelo de elitización, porque para que haya impacto se debe hacer justo lo contrario: masificar el consumo sostenible.

En un mundo ideal los productos ambientalmente responsables deberían ser los más baratos, o al menos relativamente similares en precio al resto para que tengan posibilidad de competir. ¿Cómo lo logramos?

El camino es complejo, pero debe buscar el empuje necesario desde distintos sectores:

  • Educar y concientizar a la población: el aumento de la demanda ayudaría en parte a bajar los precios y genera mayor competencia entre las empresas.
  • El Estado debe generar regulaciones de apoyo: subsidios, exención de impuestos a los productos verdes, facilitar la competencia para impactar en los precios, promover y fortalecer a los emprendimientos y negocios de este tipo.
  • La innovación científica es clave, aportando al desarrollo de nuevas tecnologías y métodos de producción limpio de bajo costo.
  • Desde el lado de las empresas, hay que hacer el esfuerzo por pensar en estrategias masivas, de impacto transversal, invertir en soluciones innovadoras y sobre todo pensar en la sostenibilidad ambiental en toda la cadena de producción, para que los productos verdes sean la norma y no la excepción en la oferta.