Economía Circular
15 de septiembre de 2021
Una “vueeelta” sustentable para este 18 / Pablo Vidal

Ya entramos en #modo18 y con ello comienzan a sentirse las celebraciones en nuestras casas, colegios y oficinas (también las virtuales). Sin embargo, en momentos donde aún vivimos una emergencia sanitaria y climática, grandes desafíos en materia de equidad y un escenario económico a veces incierto, estas fechas -a mi juicio- ofrecen una oportunidad única para repensar estas tradiciones incorporando una mirada sostenible.

Se hace necesario plantear estas fiestas desde la óptica del triple impacto, enriqueciendo nuestro actuar social y económico; y disminuyendo nuestra huella ambiental en todas las decisiones que tomemos en estos días. ¿Cómo podemos plantearnos un “dieciocho” sustentable? Intentare dar algunas recomendaciones que yo mismo estoy poniendo en práctica por estos días.

Partamos por amplificar el impacto económico de estas fiestas. Alguna vez se ha preguntado ¿Quién preparó las ricas empanadas que comeremos? ¿De dónde vienen las verduras de las ensaladas? ¿Con quién prepararemos la celebración en la oficina? ¿Qué emprendedores hay detrás de estos productos? Buscar y preferir a pequeños emprendedores locales, cercanos a su casa o lugar de celebración podría transformar esta tradición, en un impulso a la pequeña economía y de paso contribuir a una celebración más distributiva.

La música, los bailes y los juegos típicos abren infinitas oportunidades para descubrir la riqueza de la multiculturalidad y la diversidad en nuestra casa común. Aprovechar esas instancias para observar, degustar y reflexionar con hijos, familiares o amigos sobre lo diverso que es Chile hoy permitirá cimentar una cultura más tolerante y por consecuencia más respetuosa de todos quienes hoy habitamos el país.

Nuestro planeta, no da para más. No lo digo yo, lo dicen los científicos del IPCC en su último informe publicado hace unos días. Es necesario que estas celebraciones sean también, una fiesta circular, regenerativa y definitivamente neutra en carbono. Prefiera productos con nula o baja huella, o que al menos propongan formas de compensarla, el mercado hoy ofrece muchas opciones en esa línea. También evite los plásticos de un solo uso, en vasos, cubiertos y platos; y en caso de buscar un local para comer, prefiera aquellos (como ya se ha mencionado en la prensa) optaron por cubiertos de madera, vasos de vidrio y otras acciones similares.

Consuma lo que realmente va a comer y evite el desperdicio de alimentos. Son cientos de toneladas de comida que terminan en la basura, eso más que orgullo nacional debiera darnos vergüenza. Separe lo orgánico y compóstelo; y lo que sea reciclable (como botellas plásticas, cartones, latas y otros plásticos) recíclelo. Por ningún motivo los deseche para vertedero.

Desplacémonos en vehículos bajos en emisiones, transporte público, o si puede, caminando o en bicicleta. Y cuidemos el agua, gran parte de nosotros vivimos en localidades declaradas en crisis y escasez hídrica.

Y como dicen las cuecas, es tiempo de darle “una vueeeeelta” a estas tradiciones, y con un poco de creatividad no solo disfrutarlas, sino transformarlas en una oportunidad para descubrir que ser sostenibles es mucho más fácil de lo que creemos. ¡Felices fiestas!