Sostenibilidad
30 de septiembre de 2020
Publicamos el quinto artículo junto a El Mercurio sobre la relación entre empresas y comunidad

Este miércoles 30 de septiembre apareció en el Cuerpo B Economía y Negocios del matutino nuestro reportaje llamado “Empresas y comunidad: Una tarea esencial para la reactivación”.

Hoy fue publicado el quinto artículo de nuestra tercera alianza editorial junto a EL Mercurio titulada “Empresas sostenibles – Agenda 2030”.

En cada edición, que se publicará cada quince días, trataremos temáticas referentes al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Además se darán a conocer casos de empresas socias de ACCIÓN en materia de desarrollo sostenible.

Te invitamos a conocer la quinta publicación: REVISA EL TEXTO ORIGINAL AQUÍ

EMPRESAS Y COMUNIDAD: UNA TAREA ESENCIAL PARA LA REACTIVACIÓN

Salir de la lógica transaccional, es decir, aquella basada solo en los aportes económicos entregados a los entornos para enfocar los objetivos en acciones que generen triple impacto para el territorio, es la esencia de esta forma sostenible de ver los negocios clave para una dinámica de trabajo virtuosa, que perdure en el tiempo.

El Covid-19 ha golpeado fuertemente a la economía, y Chile no es la excepción. Entre el estallido social y la crisis sanitaria, el país hoy muestra cifras de desempleo que se elevan al 13%. Sin embargo, esta crisis también ha logrado que muchas empresas tomen un rol activo junto a los gobiernos comunales y la sociedad civil, mitigando los efectos sociales de la pandemia, acercándolas a sus territorios de manera mucho más integral y con la mirada puesta en la reactivación económica y social de sus comunidades. En este escenario, ha tomado más sentido que nunca la frase “no hay empresas exitosas en sociedades fracasadas”.

Pero ¿De qué manera las empresas están contribuyendo en sus comunidades y territorios? Hoy más que nunca existe la oportunidad de recuperar las confianzas perdidas entre empresa y sociedad, replanteándose la forma de operar de las empresas, y generando espacios de encuentro y de co-construcción, que maximicen los impactos positivos de las compañías a la vez que vaya haciéndose cargo de los negativos.

Aquí es donde nace el concepto de “territorios sostenibles”. Salir de la lógica transaccional, es decir aquella basada en los aportes económicos entregado a los entornos, para enfocar los objetivos en acciones que generen triple impacto para el territorio, esa la esencia de esta forma sostenible de ver los negocios, clave para una dinámica de trabajo virtuosa, que perdure en el tiempo.

“En este momento histórico por el que atraviesa la humanidad, ya nos hemos dado cuenta que no es lógico sacrificar la calidad de vida de un territorio por una actividad económica. No puede haber prosperidad de un territorio si es en detrimento de sus bienes naturales. Es necesario el diálogo temprano y oportuno, que las empresas reconozcan la existencia de múltiples actores en el territorio para saber cómo involucrarse con ellos, destinar más tiempo a las conversaciones reales, manejar las expectativas y, por sobre todo, mantener la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace”.

 

Marcela Bravo, Gerente General de ACCIÓN Empresas

El estallido y la pandemia dejaron en evidencia que, para avanzar y reparar estas relaciones, se requiere de un trabajo en conjunto. Por el lado de las empresas, es necesario que conecten genuinamente con las personas y con sus entornos, y tengan presente que todas sus acciones impactan en la sociedad, ya sea para bien o para mal.

De hecho, esta será la nueva línea de trabajo de la organización de desarrollo sostenible para este año.  “El área de relacionamiento comunitario dentro de las empresas es igual de estratégica y competitiva que cualquier otra área y no debe ser vista como un departamento social, porque está muy lejos de serlo. De hecho, es imperativo que todas las áreas manejen este tema en profundidad. Toda la empresa debe compartir la visión sobre el comportamiento con sus comunidades, hoy más que nunca”, asegura Felipe Smith, jefe de la nueva línea.

De esta manera, es esencial alinear los intereses al interior de la empresa, desarrollando estándares de gestión y operaciones con criterios de sostenibilidad en función del territorio, pensando en los beneficios compartidos de largo plazo.

Lo medular de trabajar en esta nueva mirada de hacer territorio es cambiar el trato que las empresas tienen con sus entornos, pasando de una mirada económica a una más amplia y de triple impacto, con enfoque sostenible, y orientado a que las acciones de las empresas originen valor.

Impacto positivo en los territorios y beneficios sociales

Aunque falta mucho por crecer en este aspecto, Chile cuenta con empresas que están asumiendo este enfoque, como es el caso de la industria de generación eléctrica. “Considerando el rol que el sector energético tiene al servicio de la sociedad, es posible encontrar soluciones con múltiples beneficios sociales, ambientales y climáticos, donde el desarrollo económico sustentable de un sector colabora directamente con la calidad de vida de las personas”, afirma Claudio Seebach, Presidente Ejecutivo de Generadoras de Chile.

Esto implica, entre otras cosas, concebir los proyectos y operaciones con un enfoque de desarrollo inclusivo, tomando en consideración las opiniones, necesidades y desafíos de las comunidades, así como su cultura y sus formas de vida.

“La electrificación de sistemas de transporte, calefacción y procesos industriales pueden ayudar no sólo en la reducción de gases de efecto invernadero que causan el cambio climático al desplazar combustibles fósiles, sino que también traer sustanciales beneficios sociales por la reducción o eliminación de contaminantes locales como los producidos por la leña y el uso de diésel, como también la reducción de la pobreza energética a través de mejor aislación térmica de viviendas y el recambio por calefacción sustentable”, concluye.