Sostenibilidad
23 de enero de 2024
Conectar para transformar | Paola Calorio

En el universo de marcas que compiten por la atención y preferencia del consumidor, hay un factor distintivo que va más allá de la simple transacción comercial: la conexión emocional. Este principio cobra aún más relevancia, cuando observamos el reciente ranking de Merco Empresas, donde las compañías no solo son evaluadas por su desempeño económico, sino también por su reputación corporativa y su conexión con las personas.

La teoría “El Círculo de Oro” de Simon Sinek ofrece una perspectiva valiosa en este contexto. Al invertir el orden tradicional de la comunicación, las marcas exitosas comunican desde el “Why”, el porqué de su existencia, más allá de los productos o servicios que ofrecen. Este enfoque no solo resuena con la lógica del consumidor, sino que también establece una relación directa con los valores de los ciudadanos.

Las marcas que logran trascender el valor económico o comercial son aquellas que se convierten en parte de la vida cotidiana y la cultura del país. No se limitan a vender productos; cuentan historias, encarnan valores y, en muchos casos, asumen roles de liderazgo en temas sociales y ambientales. La autenticidad en la comunicación se vuelve clave para dar a conocer un propósito auténtico, ya que los consumidores modernos buscan experiencias significativas y conexiones genuinas con las marcas.

En una era donde la información fluye rápidamente y las opciones son abundantes, las marcas que se esfuerzan por conectar con las personas en un nivel más profundo son las que dejan una impresión duradera. Asimismo, el ranking Merco es un reconocimiento del desempeño de una empresa, pero también una validación de su reputación y su capacidad de ser “ciudadana”. Las marcas que ocupan un lugar destacado en este ranking no solo tienen presencia en el mercado, sino que también han construido una relación de confianza y respeto con las personas.

El ranking Merco y el enfoque del Círculo de Oro nos recuerdan que el éxito de una marca va más allá de las cifras: reside en su capacidad para conectar con las personas, contar historias significativas y dejar una huella perdurable en la mente y el corazón de la sociedad. Con esto en mente, se puede concluir que el reconocimiento de una empresa la entregan y, se mantiene, gracias a las personas. En palabras de Simon Sinek, “la gente no compra lo que uno hace, compran el por qué uno lo hace”.