Sostenibilidad
13 de mayo de 2022
La importancia de lo pequeño para lograr grandes cambios | Rodrigo Soto

A veces nos cuesta reconocer que hay pequeñas acciones que pueden cambiar el curso de la vida: precisamente por ser tan pequeñas, suelen pasar inadvertidas, a veces son desechadas y no le tomamos la atención que se requiere para darles valor.

Esto es como cuando éramos niños -para aquellos que conocimos el pasto cuando había agua para regarlo- y buscábamos un trébol de 4 hojas, ese que significaba que obtenías el don de la suerte porque lograbas encontrarlo en una extensa superficie verde. Jugábamos a despejar suavemente con las manos las decenas, cientos de briznas de hierba y tréboles y, con la mirada fija, enfocada en el objetivo, hasta que lo veíamos. Sólo un pequeño detalle distinguía y creaba un inmenso valor.

Hace unos días hablaba con un compañero en España, quien me decía que le llamaba mucho la atención Chile, especialmente la cantidad de personajes que él conocía de aquí, de películas interesantes y de músicos reconocidos. Le costaba entender por qué no le sucedía con otros países. No me cabe ninguna duda de que era porque le tiene aprecio a este país o lo ha ido vinculando a pequeños detalles que antes le eran innecesariamente destacables.

En la conversación fuimos despejando suavemente un manto de hierbas y, poco a poco, descubrimos los pequeños detalles que realmente se convierten en grandes cosas, como personajes, curiosidades del país, anécdotas y cuentos que, con el énfasis adecuado, se convirtieron en la mejor historia del día. Le conté sobre el desierto más seco del mundo, de los mejores cielos para ver las estrellas y de un área de protección marina envidiable para cualquiera que quiera preservar este planeta, etc.

Y todo esto porque él veía a Chile pequeño respecto al entorno.

Fuimos adentrándonos cada vez más en el detalle de la conversación, que se trataba de una reunión de trabajo, para encontrar aquellas cosas pequeñas que nos permitían actuar y lograr grandes aportes. Desde acciona.org, la fundación que dirijo en Chile, nos damos cuenta que cada uno de esos pequeños detalles que relevamos, se convierten en gigantes oportunidades de crecimiento para todos, para nosotros y para aquellos con los que interactuamos.

Hoy cuando en nuestra labor se entrecruza lo profesional con lo personal, lo razonable con lo inalcanzable, lo sencillo con lo burocrático, vemos que el pequeño aporte o que el detalle es lo que permite que, por ejemplo, las familias puedan sentarse en la noche, alrededor de una mesa, sin la necesidad de usar una vela o queroseno. Que los niños puedan estudiar, leer o simplemente jugar en sus casas, sin escuchar, de manera estridente, el sonido de los motores de los generadores de energía retumbando. No se imaginan cómo cambia la calidad de vida de las personas el acceso a una fuente de luz digna.

Cada uno de nosotros es un pequeño generador de cambios, que puede provocar grandes transformaciones en otros, ya sean tangibles o intangibles. Estos detalles cambian la calidad de vida propia o de otros. Me parece que dentro de las posibilidades de los que tenemos el acceso a lo pequeño, estamos obligados -moralmente a lo menos-, a poner nuestro máximo esfuerzo en lograr encontrar ese trébol de cuatro hojas para otros.

Qué importante es lo pequeño.