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Te has preguntado alguna vez ¿Cuál es tu propósito? El mío es dejar una huella en mi camino, impactando positivamente en los proyectos y en las personas con las que me relaciono. Está ligado a mis valores, basados en el amor, la justicia, el respeto y la equidad.
Tener un propósito es esencial para darle sentido a nuestras vidas y, en un contexto marcado por diferentes crisis, resulta más importante que nunca cuestionarnos el “para qué” de nuestras acciones, pues la respuesta será la guía que nos permitirá enfrentar de mejor manera estos tiempos de incertidumbre. Como dice Dostoyevski “el secreto de la existencia humana no sólo está en vivir, sino también en saber para qué se vive”.
Una investigación realizada en 2019 por McKinsey & Company, señala que “las personas que tienen un fuerte sentido de propósito tienden a ser más resilientes y exhiben una mejor recuperación de eventos negativos”. Ahora, el propósito individual está completamente relacionado al profesional, pues pasar muchas horas al día en una organización alineada con nuestros objetivos, nos genera un compromiso más fuerte y una mayor sensación de bienestar.
En estos tiempos de inflexión, el nuevo reto de las empresas y sus líderes, debe ser conectar los propósitos personales de sus colaboradores, con los profesionales, y estos a su vez, con los desafíos globales. Entender el porqué de nuestro trabajo y su relevancia para la sociedad, es fundamental para ver la oportunidad de reinicio que nos ofrece la crisis. Para eso, necesitamos líderes transformadores, decididos y con el coraje necesario para generar un triple impacto en sus entornos, que sean un motor para sus organizaciones y puedan movilizar a sus equipos hacia un mismo fin.
En esta nueva realidad, redefinir la razón de ser de las empresas es clave, al igual que construir nuevos vínculos de confianza entre empresa y territorios. Para lograrlo, se requieren empresas responsables, que impulsen los cambios necesarios en su gobernanza y en la toma de decisiones de cada día, pensando en las problemáticas que debemos afrontar en las próximas décadas.
Sabemos que trabajando juntos podremos descubrir la mejor estrategia para una reactivación sostenible y que la colaboración nos llevará a levantar una economía centrada en las personas y bajo los límites del planeta. Por eso hoy nuestro ideal es hacer mejores empresas para un mejor país.
