21 de junio de 1964. Eduardo Frei Montalva, frente a unas 300 mil personas, en plena campaña presidencial, pronunció su discurso más famoso: “La Patria Joven”. En ese momento Frei tenía 53 años. Anoche vimos a un hombre de 35 años, batir todos los récords, frente a una multitud que hace décadas no se veía en un acto político electoral, ser el líder de la nueva “Patria Joven”. Gabriel Boric Font, logró hacer que los y las personas menores de 30 años le dieran el triunfo como a ningún otro candidato (a) desde el retorno de la democracia y con niveles de participación que sólo se pueden comparar con el plebiscito de 1988. Curiosamente los porcentajes de él y el candidato Kast son prácticamente idénticos a la ventaja que logró el NO frente al SÍ: 56% versus 44%.
Sobre el discurso, me emocionaron muchos pasajes. Es el primer presidente electo que le agradece a los niños y niñas por su triunfo, aunque ellos no voten. Se refirió a los animales, a las zonas de sacrificio, al derecho al agua, a la emergencia climática y a un futuro sostenible. Mencionó a Greta y a Julieta, como heroínas del activismo. Siempre con un pequeño árbol que representaba a su querido ciprés, hoy un ícono del mundo simbólico de Boric. Un Presidente verde. Curiosamente un color es un que es la mezcla entre el amarillo y el azul.
Mientras hablaba, se me aparecieron 5 grandes oportunidades y curiosamente todas parten con la letra E. La primera obviamente es la oportunidad ECOLÓGICA. Él se presenta como un mandatario altamente sensible al tema ambiental. Si creemos en la sostenibilidad, deberíamos tener un aliado en él. La segunda es ECONÓMICA: la transición hacia la sustentabilidad es un cambio de paradigmas económicos. Acá habrá un espacio de conversación con el mundo empresarial, para la colaboración y creación de incentivos que promuevan estos cambios. La tercera es la ETÁREA. Se abrirán las anchas alamedas a una nueva generación, que tendrá que dialogar para lograr sus objetivos y necesitará de apoyos que están más allá de sus fuerzas políticas. Lo único sensato es estar disponibles, con claridad y con un alto estándar. La cuarta es la ÉTICA. Sus más de 4 millones 600 mil votos, la mayor votación lograda por un chileno, ponen detrás a él a un colectivo amplio, potente, diverso que representa a este país nuevo. Lo ético es intentar buscar el bien común que hoy expresa esa mayoría. A veces la crítica constructiva, basada en fundamentos técnicos, también servirá de mucho. La quinta es ÉPICA, porque creo que estamos en el umbral de un cambio histórico que necesita alinear la política, con las nuevas capacidades tecnológicas, con las ideas culturales que empiezan a predominar y con los desafíos más complejos de la humanidad, justamente referidos a los daños y a las amenazas que nosotros mismos hemos producido en el planeta. Todo se mueve hacia un nuevo sentido.
Quizás esto suene muy optimista. Es verdad. Ahora toca gobernar, pero esa es otra historia.
