Sostenibilidad
26 de enero de 2023
Salió en la tele | Felipe Gerdtzen

Hace 10 años, en la encuesta CEP, un 44% decía que nuestro país estaba progresando. En la última edición, sólo el 9%. El pesimismo y la desconfianza se han apoderado de nuestro relato. La valoración de la democracia es cada vez más relativa. Pero nadie habló mucho de lo siguiente.

En la lámina 21 de su última versión, se pregunta sobre las instituciones en las que más confiamos. A la cabeza están las Universidades, luego siguen la PDI, Carabineros, las Fuerzas Armadas y cierra el top five, las radios con un 43%. El siguiente medio de comunicación recién aparece en el lugar 8: los diarios con un 24%. Las redes sociales están en el lugar 14 de esta lista con un 15% y la televisión está antepenúltima con un 7% superando solo al Congreso y a los partidos políticos. Y aquí me quiero detener.

Cuando empecé mi carrera, hace 30 años, que algo “saliera en la tele” era sinónimo de credibilidad, de que esa información era verosímil, valiosa. Incluso daba estatus. Había un reconocimiento y un gran cariño por ella. Era el medio de comunicación que más impacto generaba en lo que se conversaba y en cómo se hacía. No sólo está perdiendo relevancia por alcance, dada toda la irrupción de pantallas y contenidos digitales: no está viendo la oportunidad de ofrecer una conversación que sirva para cambiar esta energía desde la cual hablamos hoy de Chile. 

El medio de comunicación que más regulaciones tiene, más estructuras editoriales que aún concentra una atención más que respetable de las personas y que sigue siendo una gran fuente para nuestra conversación transversal, colectiva y simultánea, se deprecia de un modo que el rating no expresa. Ojo, las radios se han mantenido los últimos 10 años, en un nivel similar en esta encuesta: en torno al 40% de confianza y dentro de las instituciones más valoradas. Si las conversaciones que tenemos son clave para crear confianza, si la confianza es crucial para crear colaboración, entonces tenemos un grave problema, si acaso el medio que aún es el más masivo, se desacredita de esta manera, justo en este ítem.

Un sólo dato. No conozco ningún canal de televisión chileno que tenga una persona, un área, una gestión, una reflexión interna relevante y pública respecto de la sostenibilidad de su propia operación y, sobre todo, de su aporte a la sociedad. No se trata de más leyes, más castigos o más exigencias regulatorias, al ser una concesión de un bien público. Se trata de sus líderes: de que tengan más convicción, más sentido del propósito, de cómo conversan su relevancia y su propia sostenibilidad y del valor que ellos les dan a las conversaciones que ofrecen a una sociedad, a un país, a un pueblo, a cada uno de nosotros y nosotras.