Sostenibilidad
9 de diciembre de 2021
Sobre el propósito | Nicolás Cruz

Mientras enfrentamos la crisis social, económica y sanitaria más profunda de los últimos 30 años, las empresas desafiadas, corren a salvar su prestigio asumiendo que necesitan redefinir o crear un propósito corporativo, una razón que dé sentido, un “para qué”, que oriente y convoque a sus colaboradores, clientes y ciudadanía.

Celebro que exista esta pulsión corporativa de darle a sus operaciones algo más que el cumplimiento de indicadores económicos, pero no nos engañemos. El propósito, quizás la palabra más usada en los círculos empresariales durante 2021, no es algo menor, es mucho más que un slogan comprado a una agencia creativa. No es tampoco una estrategia de marketing para vender más ni un check list para obtener “licencia social para operar”.

Un propósito, no es algo que esté ahí para ser comunicado es algo que existe para ser reconocido. No le pertenece a un directorio -ellos más bien deben protegerlo-  sino a todas y todos los colaboradores, que en él encuentran sentido de pertenencia y un instrumento para la transformación positiva del mundo. Un propósito no es una causa. Es el “para qué” de mi existencia.

Desde las fundaciones, sabemos muy bien lo que esto significa. Me ha tocado fundar dos de ellas: Junto al Barrio y Basepública, y sé bien, que el único valor que tiene una fundación, es su propósito. En eso reside su fuerza transformadora para alcanzar el mayor bien social; mantener inspirados a sus colaboradores y socios y gestionar su impacto, que es la base de su reputación y sostenibilidad.

Nuestros propósitos nos constituyen. Son una demostración de consideración, de cuidado y amor por Chile. Dotan a las organizaciones de sentido y son tan poderosos, que con ellos podemos proveer de aquellos bienes que nos unen socialmente. Ya no hay tiempo para la indiferencia y la superficialidad. ¡Esto no es buenísmo!

Protejamos el propósito. Hagamos que este impulso se vuelva un vehículo de transformación y no la última moda que suplantó a la responsabilidad social o a la creación de valor, todos conceptos que llegaron con la misma potencia para terminar secuestrados en campañas. Hagámoslo posible de la mano de las fundaciones de Chile, aquellas que conocen los territorios, que han desarrollado técnica y visión. Juntos, empresas y fundaciones, trabajando con propósito, comprometidas con el desarrollo humano y sostenible de nuestro querido Chile.