En el primer workshop de nuestra línea temática Personas y Trabajo, se abordó las ventajas del home office, el que ha tenido que ser implementado en varias empresas producto de la crisis sanitaria mundial.
Profundizar en las oportunidades y desafíos que nos ofrece el teletrabajo, en la importancia de la comunicación efectiva a través de la tecnología, y en las buenas prácticas en la materia es esencial es tiempos de Covid-19. Esas fueron precisamente las temáticas que se trataron en el primer workshop de nuestra línea temática Personas y Trabajo llamado “Oportunidades y Desafíos del Teletrabajo en el Contexto Actual”.
La primera presentación la realizó Isabel Núñez, Contect Factory Manager de The Valley España, Hub de conocimiento digital, quien planteó esta pregunta: ¿Tengo una cultura empresarial que me permita afrontar esta crisis?
Señaló que una organización inteligente es ágil, se basa en la inteligencia artificial, necesita ser líquida (adaptable), abierta y creativa. “Hoy se debe poner el foco en las personas. El valor de la compañía está en las personas, en el valor que tiene cada trabajador” y agregó que “ser líquido es ser capaz de adaptarte a las nuevas circunstancias. El cambio genera frustración y ansiedad, pero cuando cada persona de la compañía entiende qué es ser líquidos, la organización será más liquida y adaptable”.
En cuanto a las buenas prácticas, Maximiliano Greau, Subgerente de Beneficios de Entel, indicó que el 2018 esta empresa comenzó a implementar el Home Office, y que para eso se necesitó un trabajo cultural que velara por las responsabilidades individuales. En octubre pasado ya tenían un 40% de los trabajadores en teletrabajo, cifra que aumentó a un 70%.
“Hoy se debe poner el foco en las personas. El valor de la compañía está en las personas, en el valor que tiene cada trabajador”.
Isabel Núñez, Contect Factory Manager de The Valley España
Para lograr estos números se necesitó “confianza del líder hacia los colaboradores y de los colaboradores hacia el líder”, explicó. Al mismo tiempo, constataron que “tener un día sin distracción podía ser una posibilidad de sacar los trabajos pendientes”, dijo.
Por su parte, Mariana Bargsted, académica de la Escuela de Psicología de la Universidad Adolfo Ibáñez, entregó su visión sobre la rápida implementación del teletrabajo. “La incertidumbre es la característica principal de esta crisis. Esta situación puede derivar en estrés agudo. Si bien algunos desarrollarán habilidades, eso no será fácil” y añadió que “uno no puede ir al ritmo de antes, necesita tiempo para readaptarse”.
En la flexibilidad temporal laboral y espacial hay pros y contras. Entre los primeros se cuenta el aumento de la productividad, la satisfacción laboral, compromiso, y disminuye el ausentismo, y la rotación. Por otra parte, aumenta el conflicto familia-trabajo, el temor al castigo, la sobrecarga de trabajo, la sobrecarga cognitiva por continuo cambio de roles, entre otros.
Por eso, Bargsted insistió que “desarrollar confianza es lo principal: es el pegamento para que estas intervenciones (teletrabajo) se puedan implementar de mejor manera”.