En la instancia, se dieron a conocer los principales resultados alcanzados por las 30 empresas participantes, la guía de gestión de la diversidad e inclusión, elaborada en el marco del programa, y se conformó un panel de expertas en diversidad e inclusión.
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REVISA LA GUÍA DE DIVERSIDAD E INCLUSIÓN ACÁ
Instalar y desarrollar una cultura empresarial participativa, equitativa, inclusiva y socialmente justa, fue el principal desafío de Impulso Transformador, programa de la Línea Temática Personas y Trabajo de Acción Empresas que, luego de dos años, cerró un ciclo liderado por treinta empresas de nuestra red.
Para finalizar los dos años de trabajo, se realizó un webinar, en el que se dieron a conocer los avances alcanzados por las empresas participantes y la guía de gestión de la diversidad e inclusión, elaborada en el marco del programa. Además, se realizó un panel de conversación, en el que participaron María José Fuentealba, Gerenta de Sostenibilidad y Comunicaciones en Empresas SB; Mylene Iribarne, Gerenta de Personas de Lipigas; Paula Coronel, Gerenta Corporativo de Personas y Sostenibilidad de SMU S.A. y Claudia Aldana, Directora de Fundación Una Escuela Para Todos.
La bienvenida estuvo a cargo de Kathi Müller, Gerenta de Desarrollo de Acción. Luego Natalie Trajtman, Jefa de Proyectos y quien gestionó el programa, detalló el progreso de los indicadores de Impulso Transformador: Transformación Digital, Diversidad e Inclusión y Condiciones Laborales.
Entre los resultados, destacan las políticas de conciliación laboral (pasó de un 50% a 80%), políticas de teletrabajo (de 58% a 88%), diagnóstico de vulnerabilidad de los colaboradores (8% a 50%), espacios de diálogo y participación de los colaboradores (de 75% a 96%), políticas y entandares que regulen las condiciones laborales de sub contratistas de (de 50% a 63%), políticas de diversidad e inclusión (de 50% a 84%), políticas o metas en brecha de género (de 38% a 58%) y metas de inclusión de grupos prioritarios (de 42% a 58%).
Sobre este último punto, Natalie Trajtman señaló que “el desafío es no quedarse solo en políticas, sino ir generando acciones concretas, como capacitar a los colaboradores o tener indicadores, para ir generando una cultura de inclusión y diversidad”.
Por último, en el panel de conversación, María José Fuentealba, de Empresas SB, afirmó que se debe cambiar el lenguaje de la sociedad, el miedo a las diferencias, desde donde se gatillan los sesgos y que se empiecen a ver las diferencias como algo positivo. “Tenemos que seguir hablando de diversidad e inclusión. Este es un tema transversal, no está solo reducido a algunos grupos, nos convoca a todos”.
Paula Coronel, de SMU, se refirió a que algunas empresas dejaron de lado el tema de diversidad e inclusión durante la pandemia. “Cuando uno no es capaz de sostener sus convicciones ante la adversidad, es porque no era verdad. Lo principal es trabajar en no discriminar”, indicó.
Mylene Iribarne, de Lipigas, dijo que “lo más importante es hacer conciencia de los sesgos que muchas veces son inconscientes. Este es un trabajo de mucha reflexión, de muchas conversaciones, hay que poner metas, hacer gestión”.
Por su parte, Claudia Aldana, de Una Escuela Para Todos, habló del círculo virtuoso que se produce cuando una empresa impulsa la diversidad e inclusión. “Cada una de las políticas que toman, cada vez que se sientan a conversar de diversidad, el impacto es directo porque al contratar una persona con discapacidad no sólo la contratan a ella, sino a toda la familia. Somos todos los que estamos atrás acompañando, orgullosos”.